Columnista
Ojo Crítico
Rodolfo Cerdas Politólogo 10:21 p.m. 09/10/2010
Como algunos tratan de aprovechar el clima artificialmente creado contra la Sala IV –luego seguirá la Contraloría, la Defensoría y todo lo que les dificulte su intención autoritaria–, es bueno examinar sus argumentos. Sí debe quedar constancia de que es necesario evaluarla y madurar reformas bien pensadas, que no debiliten la defensa de los derechos civiles y libertades individuales en favor de ese monstruo que es el Estado y que, por inoperante, ineficiente y corrupto, ya no llega ni siquiera a la condición de ogro filantrópico.
Se dice que prohibió los retenes policiales, salvo si se realizan bajo los términos y condiciones establecidas por la Constitución y las leyes. ¿Se quería que la Sala, violando su mandato, ignorara tales violaciones en nombre de la seguridad? Costa Rica acaba de protestar por la Ley contra los inmigrantes de Arizona, porque la Policía puede detener a cualquiera, no más sea por su apariencia, para ver si es un odiado ilegal. “Es una violación de derechos humanos”, dijimos a nivel mundial. ¿Pero aquí dentro, con los retenes, sí se podría detener a cualquiera, sin motivo alguno y ni siquiera porque tenga apariencia de narco, o delincuente? Un doble rasero que muestra que para cierta gente los DD. HH. no son universales.
También se afirma que, a pesar de la urgencia y bondad de la concesión muellera en Limón, la Sala cometió “el horror” de revocar lo hecho y fallar conforme a lo establecido por el Código de Trabajo, la Convención –que es ley entre las partes– y los acuerdos de la OIT. Es decir, se le reclama a la Sala que no aplicó el criterio de que el fin justifica los medios y que las violaciones a las leyes y garantías –y por ahí el Estado de derecho–, están muy bien, siempre que beneficien a quienes tienen el poder fáctico para imponer su criterio. Siempre me he preguntado: ¿los sindicatos limonenses negociaron consigo mismos o lo hicieron con una parte patronal? ¿Cuál fue esta, de qué partidos y en qué momentos y cómo responden a esa piñata que alguna contraprestación tiene que haber tenido?
En fin, objetan que le dio órdenes a la Asamblea para que legislara, porque el no hacerlo perjudicaba seriamente derechos ciudadanos. ¿Ya se les olvidó la Ley del referéndum, que esperando a la Asamblea aún hoy no tendríamos? A propósito de referéndum, se le reclama también que no aprobó uno sobre las uniones gais. ¿Cómo iba a aprobarlo si eso ponía en manos de una mayoría contraria los derechos humanos de una minoría discriminada y hasta odiada?
Reforma a la Sala IV sí. Pero no en contra de ella, como quieren algunos, sino a su favor: para hacerla más ágil, más fuerte y con más capacidad de seguir al servicio de los derechos humanos y las libertades civiles de la ciudadanía.
Tomado del periódico la Nación de Costa Rica.
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