miércoles, 22 de abril de 2009
EL IMPERIO ECONOMICO, MILITAR Y POLITICA ESTA INTACTO.
Editorial
¿Un presidente débil?
Estos días han marcado un escenario de fuertes críticas de los sectores más conservadores y radicales de Estados Unidos al presidente de ese país, Barack Obama.
El malestar se origina en la apertura al diálogo que ha tenido el mandatario, en sus participaciones en la Cumbre del G20, la Cumbre de las Américas y su gira a México. Pero sobre todo, por el hecho de haberse acercado a figuras como los presidentes Hugo Chávez, de Venezuela; Daniel Ortega, de Nicaragua, y Evo Morales, de Bolivia.
Las críticas han arreciado desde diversas direcciones. Entre estas, hay que destacar la del ex vicepresidente Dick Cheney, quien en una entrevista reciente llegó a decir que hay “millones de personas en Sudamérica que están observando cómo respondemos. Y aprovecharán la situación si ven que un presidente de Estados Unidos está haciendo amistades con alguien como Daniel Ortega o Chávez. Creo que no es útil”.
“Tanto nuestros amigos como nuestros adversarios aprovecharán rápidamente la situación si piensan que están frente a un presidente débil o alguien que no va a defender enérgicamente los intereses de Estados Unidos”.
Las manifestaciones de quien fuera segundo a bordo y hombre fuerte durante las dos administraciones de George W. Bush, definitivamente que abren espacio para un amplio análisis. Vienen de alguien que propició la llamada guerra preventiva, un concepto que el Gobierno de Estados Unidos utilizó para atacar países bajo la premisa de golpear antes de ser golpeado.
Y en ese contexto, está claro que responde a unos criterios radicales que se enmarcan en el viejo concepto de que el fin justifica los medios.
En Estados Unidos deben entender, de una vez por todas, que no pueden andar por allí abusando de los principios de justicia que dicen defender, y que no pueden tampoco mantener una diplomacia del garrote.
Para que dos confronten, los dos deben quererlo. Y si desde la más alta esfera del Gobierno de Estados Unidos se envía un claro mensaje en el sentido de que no se es uno de esos dos, ¿qué le quedará a aquellos que viven de la confrontación? Si Chávez, por ejemplo, disfruta de atacar a los norteamericanos, y estos le responden una sola vez que no están dispuestos a seguirle el juego, ¿qué le queda?
Si los estadounidenses no logran entender este asunto, seguirán indefectiblemente por allí creando conflictos que no les convienen ni a ellos ni a sus víctimas.
El presidente Obama desarrolló una campaña política basada en el concepto del cambio. Y sus nuevos detractores, que son nada más y nada menos que los viejos conservadores de derecha en Estados Unidos, deberían darle tiempo para que avance en su premisa. Suponer que ser gente, ser educado y generar climas de entendimiento es una muestra de debilidad, solo termina por retratar en su justa dimensión a quienes así piensan. Este ejercicio viene como anillo al dedo para entender, pues, quiénes eran los que estaban gobernando en Estados Unidos.
Tomado de la Prensa Libre del día 22/04/09
El imperialismo Yankee esta intacto en sus estructuras económicas, militares y politicas, de tal suerte, que no nos ilusionemos, las agresiones para nuestros pueblos van a continuar, este señor Obana debe de mostrar hechos no solo teoría, hasta la fecha no a mostrado nada.
Lic. Félix Domínguez
¿Un presidente débil?
Estos días han marcado un escenario de fuertes críticas de los sectores más conservadores y radicales de Estados Unidos al presidente de ese país, Barack Obama.
El malestar se origina en la apertura al diálogo que ha tenido el mandatario, en sus participaciones en la Cumbre del G20, la Cumbre de las Américas y su gira a México. Pero sobre todo, por el hecho de haberse acercado a figuras como los presidentes Hugo Chávez, de Venezuela; Daniel Ortega, de Nicaragua, y Evo Morales, de Bolivia.
Las críticas han arreciado desde diversas direcciones. Entre estas, hay que destacar la del ex vicepresidente Dick Cheney, quien en una entrevista reciente llegó a decir que hay “millones de personas en Sudamérica que están observando cómo respondemos. Y aprovecharán la situación si ven que un presidente de Estados Unidos está haciendo amistades con alguien como Daniel Ortega o Chávez. Creo que no es útil”.
“Tanto nuestros amigos como nuestros adversarios aprovecharán rápidamente la situación si piensan que están frente a un presidente débil o alguien que no va a defender enérgicamente los intereses de Estados Unidos”.
Las manifestaciones de quien fuera segundo a bordo y hombre fuerte durante las dos administraciones de George W. Bush, definitivamente que abren espacio para un amplio análisis. Vienen de alguien que propició la llamada guerra preventiva, un concepto que el Gobierno de Estados Unidos utilizó para atacar países bajo la premisa de golpear antes de ser golpeado.
Y en ese contexto, está claro que responde a unos criterios radicales que se enmarcan en el viejo concepto de que el fin justifica los medios.
En Estados Unidos deben entender, de una vez por todas, que no pueden andar por allí abusando de los principios de justicia que dicen defender, y que no pueden tampoco mantener una diplomacia del garrote.
Para que dos confronten, los dos deben quererlo. Y si desde la más alta esfera del Gobierno de Estados Unidos se envía un claro mensaje en el sentido de que no se es uno de esos dos, ¿qué le quedará a aquellos que viven de la confrontación? Si Chávez, por ejemplo, disfruta de atacar a los norteamericanos, y estos le responden una sola vez que no están dispuestos a seguirle el juego, ¿qué le queda?
Si los estadounidenses no logran entender este asunto, seguirán indefectiblemente por allí creando conflictos que no les convienen ni a ellos ni a sus víctimas.
El presidente Obama desarrolló una campaña política basada en el concepto del cambio. Y sus nuevos detractores, que son nada más y nada menos que los viejos conservadores de derecha en Estados Unidos, deberían darle tiempo para que avance en su premisa. Suponer que ser gente, ser educado y generar climas de entendimiento es una muestra de debilidad, solo termina por retratar en su justa dimensión a quienes así piensan. Este ejercicio viene como anillo al dedo para entender, pues, quiénes eran los que estaban gobernando en Estados Unidos.
Tomado de la Prensa Libre del día 22/04/09
El imperialismo Yankee esta intacto en sus estructuras económicas, militares y politicas, de tal suerte, que no nos ilusionemos, las agresiones para nuestros pueblos van a continuar, este señor Obana debe de mostrar hechos no solo teoría, hasta la fecha no a mostrado nada.
Lic. Félix Domínguez
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