LUCHADOR HASTA LA MUERTE.

LUCHADOR HASTA LA MUERTE.
VIVA LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA DE LA CLASE TRABAJADORA

EL PUEBLO TIENE DERECHO A COMER


  • LÍDER, ACTIVISTA, ABOGADO, NOTARIO PÚBLICO, EMPRESARIO EXITOSO.
  • SALARIO MÍNIMO JUSTO DE ¢350,000 MENSUALES.
  • LUCHA CONTRA EL RÉGIMEN CORRUPTO DICTATORIAL DE LOS ARIAS.
  • PROGRESO CON BENFICIO SOCIAL.
  • DEFIENDE CLASE TRABAJADORA, MICRO, PEQUEÑO Y MEDIANOS EMPRESARIOS HONESTOS.
  • CONOCEDOR Y VISIONARIO DE LOS PROBLEMAS DE COSTA RICA.
  • UN PATRIOTA NO SE VENDE NI SE COMPRA.
  • POLITICOS CORRUPTOS DEBEN ESTAR EN LA CÁRCEL, CORRUPCIÓN CANCER DE COSTA RICA.

“La democracia no es algo abstracto, no es que el rico le diga que vive en democracia, no es ir a elecciones cada 4 años. La democracia no es una forma política; es una forma de vida; es acceso al trabajo, estudio, salud, recreación, tranquilidad, es decir; repartir la riqueza a la mayoría, vivir dignamente solo se logra cuando la clase trabajdora tome el poder; hoy la "democracia" capitalista es para los ricos, los demás son simples esclavos modernos”

¡¡¡ BASTA, BASTA, BASTA DE CORRUPCIÓN, CORRUPCIÓN!!!


DESPIERTA PUEBLO, SOLO LA LUCHA ORGANIZA Y BIEN DIRIGIDA NOS HARÁ LIBRES, UNIDOS SEREMOS FUERTES Y VENCEREMOS. VIVA COSTA RICA LIBRE. NO A LOS CORRUPTOS, LADRONES, VENDEPATRIA, NO A LOS POLITICOS TRADICIONALES CORRUPTOS, NO A LA VIEJA POLITICA. NO MINERÍA, NO EXPLOTACIÓN PETROLERA.

domingo, 9 de agosto de 2009

ARIAS: NEPOTISMO EN ESTE GOBIERNO

Ojo Crítico

Politólogo





http://www.nacion.com

TAMAÑO

La renuncia de ministros y embajadores para integrarse a las campañas electorales, ha sido parte de nuestro folclor. Pero antes esa deserción era inocua, porque los embajadores eran tan irrelevantes e improvisados y los ministros tan politiqueros, que la ausencia de unos no importaba o la sustitución de otros estaba prevista. Hoy es muy distinto. Porque en la globalización y crisis en que estamos, las relaciones externas exigen consistencia y continuidad; y las tareas de gobierno, institucionalización, planificación y rendición de cuentas.

El personalismo de esta administración, adosado a un perjudicial familismo, debilitó más la ya frágil institución de la Presidencia de la República, pese a que fue el propio mandatario quien reclamó respeto para ella.

La verdad es que fue él quien primero contribuyó a socavarla, enviando a los vicepresidentes a un exilio político dorado al comienzo no más de su gobierno.

Luego, calculadamente, los alejó del centro del poder, porque aún se soñaba con la candidatura presidencial del Gran Hermano.

Más tarde, con indiferencia prescindió de ambos: a uno utilizándolo para tapar errores propios y a la otra por cálculos electorales. Por último, subrayó la futilidad de ambos puestos al irse al exterior sin nombrar sustituto; y hasta acercando al país a un peligroso abismo, cuando su cargo quedó librado a quien resultara electo presidente del Legislativo, sin preocuparse del albur que se corría con los cazapuestos de su partido o las posibilidades de elegir, por parte de una oposición más ágil, un candidato propio. Arriesgó, así, la estabilidad y la gobernabilidad.

Es obvio que la Presidencia se concibe de modo personal y subjetivo. Las lágrimas del Presidente al irse sus ministros, revelan no solo un estado de ánimo, sino una visión tal de sus relaciones, que explicaría por qué no llamó a ciertos ministros a rendir cuentas, ni los despidió cuando aún era debido, como a la de Seguridad Pública o al de Trabajo, una que yerra y yerra, y otro que solo yació en el cargo.

Esta concepción presidencial de sus relaciones con los vicepresidentes y sus ministros, familiares o no, es jurídicamente errónea, institucionalmente negativa y políticamente dañina; y explicaría la lenidad para con unos y el amiguismo y familismo para con otros.

Una vez unos parientes de don Ricardo Jiménez llegaron a Limón cargados de baúles. El aduanero le telegrafió, preguntándole si les cobraba o no impuestos por el equipaje a “parientes tan cercanos”.

Don Ricardo contestó: “el Presidente de la República no tiene parientes”.

Las personas lloran, los presidentes no. Estos exigen y cumplen con su pueblo.

Tomado del periódico La Nación de Costa Rica.

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