LUCHADOR HASTA LA MUERTE.

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VIVA LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA DE LA CLASE TRABAJADORA

EL PUEBLO TIENE DERECHO A COMER


  • LÍDER, ACTIVISTA, ABOGADO, NOTARIO PÚBLICO, EMPRESARIO EXITOSO.
  • SALARIO MÍNIMO JUSTO DE ¢350,000 MENSUALES.
  • LUCHA CONTRA EL RÉGIMEN CORRUPTO DICTATORIAL DE LOS ARIAS.
  • PROGRESO CON BENFICIO SOCIAL.
  • DEFIENDE CLASE TRABAJADORA, MICRO, PEQUEÑO Y MEDIANOS EMPRESARIOS HONESTOS.
  • CONOCEDOR Y VISIONARIO DE LOS PROBLEMAS DE COSTA RICA.
  • UN PATRIOTA NO SE VENDE NI SE COMPRA.
  • POLITICOS CORRUPTOS DEBEN ESTAR EN LA CÁRCEL, CORRUPCIÓN CANCER DE COSTA RICA.

“La democracia no es algo abstracto, no es que el rico le diga que vive en democracia, no es ir a elecciones cada 4 años. La democracia no es una forma política; es una forma de vida; es acceso al trabajo, estudio, salud, recreación, tranquilidad, es decir; repartir la riqueza a la mayoría, vivir dignamente solo se logra cuando la clase trabajdora tome el poder; hoy la "democracia" capitalista es para los ricos, los demás son simples esclavos modernos”

¡¡¡ BASTA, BASTA, BASTA DE CORRUPCIÓN, CORRUPCIÓN!!!


DESPIERTA PUEBLO, SOLO LA LUCHA ORGANIZA Y BIEN DIRIGIDA NOS HARÁ LIBRES, UNIDOS SEREMOS FUERTES Y VENCEREMOS. VIVA COSTA RICA LIBRE. NO A LOS CORRUPTOS, LADRONES, VENDEPATRIA, NO A LOS POLITICOS TRADICIONALES CORRUPTOS, NO A LA VIEJA POLITICA. NO MINERÍA, NO EXPLOTACIÓN PETROLERA.

domingo, 9 de agosto de 2009

ENACAL: EFECTOS DE LA PRIVTIZACIÓN DEL AGUA POTABLE EN NICARAGUA

Vivir sin agua



La escasez de agua es un drama cotidiano en la capital. Y una ironía en un país rico en recursos hídricos. Una periodista de Domingo visitó los barrios que no tienen este servicio y cuenta cómo hacen sus vecinos para vivir sin agua

Elba Cristina Parrales
domingo@laprensa.com.ni
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Cuando vivía en la casa de mis padres, en la fresca ciudad de Estelí, era común escuchar a mi papá decir: “Hija, al levantarse, uno se lava la cara y los dientes”. El escenario para los hijos de doña Esther es muy distinto. Esther Picado vive en Rubenia con su esposo y sus dos hijos, uno de 10 y otro de siete años. Las primeras palabras que escuchan al levantarse son éstas: “Hijos, no pierdan el tiempo, llenen picheles y baldes antes que corten el agua”. Y para bañarse, los dos niños comparten un balde, al igual que ella con su esposo. El uso del agua es limitado en todas las actividades de su casa, y por supuesto, al bañarse no tienen el lujo de pasar más de 15 minutos en la ducha. Ése el lujo placentero que nos damos algunos.

El trajín de todos los días empieza desde la madrugada para la mayoría de habitantes de Rubenia. El agua la cortan desde las siete de la mañana, hasta las once de la noche. Un horario complicado, sobre todo para las personas que trabajan todo el día, que lo único que desean es descansar.

Otro habitante de Rubenia me comenta que aunque ya están acostumbrados a recoger agua todos los días, no pierde las esperanzas que los problemas de abastecimiento del líquido se resuelvan.

“Enacal es la institución del Estado más irresponsable de nuestro país. 10 años tengo de vivir aquí y durante este tiempo, nunca me he bañado con el chorro del baño, tengo que usar un balde y una pana, y lo peor es madrugar para recogerla. Tuve que comprar un balde alto, porque me dolía la espalda al agacharme, agarrar agua y echármela en el cuerpo”.

Los Barrios Germán Pomares, Reparto Schick, Camilo Ortega, Máximo Jeréz, 28 de Mayo, Rubenia y Anexo a Villa Libertad, son algunos de los 162 de Managua que permanecen sin agua por períodos superiores a más de 10 horas. Los problemas acumulados son muchos, pero las consecuencias más fatales son los riesgos a contraer enfermedades como el dengue, malaria y leptospirosis.

En el barrio Anexo a Villa Libertad, el problema de escasez de agua aqueja a la población desde hace más de cinco años. Doña María Mercedes Cruz, una señora delgada, blanca y con el pelo alborotado, echa tortillas en un fogón que ubica en la acera de su casa. Al mencionar lo tedioso que es recoger agua para bañarse, cocinar o para beber, deja la masa y se desahoga al contarme con enojo y desesperación que se desvela para recoger agua.

Doña Cruz me dice que durante el día pasa agotada y con ganas de dormir. No es para menos. Su familia vive de su trabajo, que además de la venta de tortillas consiste en planchar en cuatro casas en Las Colinas.

Doña María vive con sus tres hijas, una de 19, otra de 13 y la más chiquita de cinco años. También vive con su hermana y su sobrino. “Todos, hasta mi niña de cinco años, nos levantamos temprano a agarrar agua”. Cuando no les da tiempo de bañarse por la mañana, esperan a que anochezca para hacerlo, porque no tienen muchos “trastes para recoger agua”, por lo que priorizan el líquido para regar el piso de tierra y para la cocina.

Doña María y sus tres hijas venden tortillas bajo la sombra de un árbol de almendras, sobre una mesa despintada y sucia. Ponen la masa de maíz junto a las tortillas recién hechas, al lado una pana con agua, porque ahí se enjuagan las manos cuando les queda la masa pegada. Su casa no tiene piso, la tierra está húmeda, la riegan con el agua que ya no ocupan, la que tiene detergente o con la que lavan los platos sucios.

Cuando anochece, la familia Cruz prepara los baldes para guardar agua, ya que por más de 15 horas no sale ni una sola gota por el grifo. Cuando el agua llega al fin, Doña María, quien ya se acostumbró a este trajín, se queja del chorrito que sale del grifo, casi goteando. Por ello, los baldes tardan en llenarse. El problema es mayor porque a veces, el agua sólo llega por dos horas. Pero aún con todo, los habitantes de este barrio tienen suerte: cuentan con esas dos horas de agua al día. En muchos barrios de la capital, el líquido no llega del todo y el trajín por conseguir agua se hace más complicado y cansado.

Uno de esos barrios es el Reparto Schick, famoso por ser considerado una “zona roja” de Managua. En este barrio a cualquier hora del día o de la noche siempre hay personas recogiendo agua en una pileta que los mismos vecinos construyeron hace dos años. Muchas personas ya tienen su carretón para trasladar los baldes, que casi siempre son más de seis. Henry Lolloftz me explica que la pileta es de gran ayuda porque antes tenían que caminar hasta Las Colinas para abastecerse de agua.

“Una noche un carro se estrelló contra el hidrante, lo dañó y el agua se desbordó como por tres días. Los vecinos nos reunimos y se nos ocurrió construir una pileta para venir a agarrar agua y no ir hasta Las Colinas. De aquí también nos toca agarrar agua para beber, le ponemos un tubo para que no tenga contacto con el cemento”, dice.

Para estos vecinos, la pileta de agua es su oasis. Sin embargo, el agua ya ha generado problemas de diarrea y los charcos son nidos de zancudos que han causado dengue. Henry dice que varias personas entraron en pánico cuando la gripe A se propagó por el país. Lo irónico es que el Minsa recomendó por medios de comunicación y altavoces lavarse las manos frecuentemente, lo que sonaba a chiste de sabor amargo para los habitantes del Reparto, que no saben lo que es contar con servicio de agua potable en sus casas.

El problema de abastecimiento y escasez de agua se presenta en todo el país y de forma crítica en 20 Municipios. Durante el Foro Nacional del Agua, realizado en abril pasado, se llegó a la conclusión que la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) era incapaz de resolver la problemática del agua potable.

Domingo intentó entrevistar para este especial del agua a la directora de Enacal, Ruth Selma Herrera. Cumplimos con todas las exigencias de la Dirección de Comunicación: solicitud formal a través de correo electrónico, llamadas al despacho y hasta a su celular, pero no hubo respuesta. Al final, Xiomara Laguna, encargada de prensa de la institución, dijo que Herrera “estaba ocupada” y que no podía atendernos. Domingo pidió entonces entrevistas con técnicos de la institución, pero Laguna dijo que Herrera “mandó a decir” que ella era “la única que puede dar información”. La ironía del caso es que Ruth Selma Herrera era, en los tiempos que estuvo al frente de la Red de Defensa de los Consumidores, la principal crítica de la ineficacia de Enacal.

Y para tratar de sortear esa ineficacia, los pobladores de Managua que sufren la escasez de agua han optado por comprar agua purificada, si tienen dinero, o caminar largas cuadras en busca de pozos en los que puedan abastecerse.

El problema se agudiza para aquellas personas que tienen algún tipo de discapacidad o lesión, o tienen demasiada edad para ese trajín. Ellos tienen que pagar para que alguien les cargue los baldes.

Doña Maura Chavarría no tiene quién le ayude a acarrear el agua. Con el tiempo ella pudo comprar su carretón y así lo lleva hasta su casa. Chavarría vive con su esposo, quien tiene una lesión en las rodillas y no le puede ayudar y a ella desde hace un mes le diagnosticaron hernia en el ombligo, por cargar los baldes pesados.

Varios vecinos se han reunido varias veces y han hecho cartas a Enacal para que les resuelva el problema de abastecimiento, muchos ya perdieron las esperanzas porque siempre les dicen que les van a resolver y hasta hoy, a más de ocho años, no llegan, más que para dejar los recibos de agua. Cada vez que estos funcionarios llegan a casa de doña Maura, ella los recibe con una mueca de desprecio y no duda en romperles el recibo en su cara. Pero a Enacal no le importa. Mostrando una rara eficiencia, el recibo llega puntual a la casa de Chavarría.

Tomado de la Prensa de Nicargua

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