LUCHADOR HASTA LA MUERTE.

LUCHADOR HASTA LA MUERTE.
VIVA LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA DE LA CLASE TRABAJADORA

EL PUEBLO TIENE DERECHO A COMER


  • LÍDER, ACTIVISTA, ABOGADO, NOTARIO PÚBLICO, EMPRESARIO EXITOSO.
  • SALARIO MÍNIMO JUSTO DE ¢350,000 MENSUALES.
  • LUCHA CONTRA EL RÉGIMEN CORRUPTO DICTATORIAL DE LOS ARIAS.
  • PROGRESO CON BENFICIO SOCIAL.
  • DEFIENDE CLASE TRABAJADORA, MICRO, PEQUEÑO Y MEDIANOS EMPRESARIOS HONESTOS.
  • CONOCEDOR Y VISIONARIO DE LOS PROBLEMAS DE COSTA RICA.
  • UN PATRIOTA NO SE VENDE NI SE COMPRA.
  • POLITICOS CORRUPTOS DEBEN ESTAR EN LA CÁRCEL, CORRUPCIÓN CANCER DE COSTA RICA.

“La democracia no es algo abstracto, no es que el rico le diga que vive en democracia, no es ir a elecciones cada 4 años. La democracia no es una forma política; es una forma de vida; es acceso al trabajo, estudio, salud, recreación, tranquilidad, es decir; repartir la riqueza a la mayoría, vivir dignamente solo se logra cuando la clase trabajdora tome el poder; hoy la "democracia" capitalista es para los ricos, los demás son simples esclavos modernos”

¡¡¡ BASTA, BASTA, BASTA DE CORRUPCIÓN, CORRUPCIÓN!!!


DESPIERTA PUEBLO, SOLO LA LUCHA ORGANIZA Y BIEN DIRIGIDA NOS HARÁ LIBRES, UNIDOS SEREMOS FUERTES Y VENCEREMOS. VIVA COSTA RICA LIBRE. NO A LOS CORRUPTOS, LADRONES, VENDEPATRIA, NO A LOS POLITICOS TRADICIONALES CORRUPTOS, NO A LA VIEJA POLITICA. NO MINERÍA, NO EXPLOTACIÓN PETROLERA.

viernes, 14 de agosto de 2009

EUGENIO TREJOS PROXIMO PRESIDENTE DE COSTA RICA

Eugenio Trejos

El Rector del ITCR está plenamente definido

Permanecer en la Rectoría y ser candidato, es una decisión que tomaré oportunamente

Rector del ITCR





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TAMAÑO

Como rector del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), defiendo la autonomía universitaria ante cualquier intromisión, y personalmente mis derechos ciudadanos y laborales de rango constitucional.

Permanecer en este cargo, para el cual fui elegido, y ser eventualmente designado candidato presidencial, es una decisión que tomaré oportunamente, ante Dios, ante mi propia conciencia, ante la comunidad institucional del ITCR y ante los ciudadanos y ciudadanas de este país.

Inaceptable intromisión. Por otra parte, la Asamblea Institucional del ITCR es la única instancia que podría definir una posición institucional representativa sobre este asunto. Entrometerse, pontificar o imponerse sobre las decisiones que tome un ciudadano amparado por las leyes y la Constitución, es inaceptable.

Rechazo firmemente la sentencia final del editorialista de La Nación en el sentido de que debo escoger la Rectoría o la candidatura, “pero nunca ambas”.

El editorial contiene hechos inexactos que aclaro, ejerciendo mi derecho de respuesta.

Primero: Aún no soy formalmente candidato presidencial de ninguna coalición ni de ningún partido. Acepté la posibilidad de serlo en el futuro próximo, siempre y cuando haya condiciones apropiadas, las que aún no se han dado.

Un mínimo de sentido común y un ápice de tolerancia permitirían entender que, en tanto esto no suceda, no existe razón suficiente para presentar mi renuncia. No obstante, ante la situación creada en el TEC, hablé de mi intención de renunciar si con ello evitaba mayores tensiones. Este gesto ha sido tergiversado y utilizado para generar mayor confusión.

Estoy en un período de reflexión profunda, valorando todas las implicaciones de una eventual candidatura en la vida institucional. Mis decisiones las tomo con base en principios, valores y convicciones profundas, y no cediendo a presiones de grupos externos, por más respetables y/o poderosos que estos sean.

Segundo: No hay prohibición legal para ser candidato y Rector al mismo tiempo. Las restricciones a la actividad política “de los directores o gerentes generales de instituciones autónomas del Estado”, que se citan en el editorial, carecen de pertinencia en este caso.

La Constitución Política, en los artículos 188 y 189, define con precisión cuáles son esas “instituciones autónomas” y entre ellas no aparecen las universidades públicas, cuya autonomía es plena, y no podría asimilarse a las ya referidas “instituciones autónomas”, pues como lo ha resuelto la Sala Constitucional y el TSE, en materia de restricción a libertades, debe imperar el principio “pro libértate”, de manera que solo podrá considerarse restringida una libertad cuando expresamente el legislador, o en nuestro caso la Asamblea Institucional, lo haya decidido así, lo que no existe a la fecha.

Tercero: mi posición ha sido clara desde el principio y ha sido sospechosamente tergiversada. Manifesté verbalmente mi intención de renunciar bajo condiciones que garantizaban la continuidad, la seguridad jurídica y la estabilidad institucional: tales condiciones no fueron aceptadas.

Cuarto: rechazo categóricamente la insinuación de que mi eventual candidatura a la presidencia de la República obedece a “una ambición personal”. Esa afirmación, por falsa, es ofensiva. Si así fuera, hubiera canalizado mis aspiraciones desde las alturas, en algún partido político con poder, dinero, influencias y circunstanciales clientelismos.

Obviamente, no es así; lo hago desde la llanura precisamente porque considero que “lo político” , en su mejor expresión, trasciende esas maquinarias electorales al servicio de grandes intereses económicos y de “ambiciones personales” , muy alejadas de las verdaderas y urgentes necesidades que aquejan al pueblo costarricense.

No fue mi tribuna. No es cierto que haya utilizado la Rectoría como tribuna. En la lucha contra el TLC, el Consejo Institucional, en su sesión N.° 2475, artículo 10, del 1.° de agosto de 2006, exhortó a toda la comunidad institucional y nacional a que se manifestaran por todas las vías de participación ciudadana en oposición a la aprobación del TLC, y en mi calidad de rector actué en consecuencia. Ahora, este mismo Consejo, en sesión N.° 2621, del 7 de agosto 2009, tomó el acuerdo de solicitar a la Asamblea Institucional Representativa (AIR), máximo órgano del ITCR, “interprete auténticamente” el concepto de dedicación exclusiva que se le pide al Rector al ejercer su cargo, lo que propiciará una oportunidad para profundizar, mediante un debate de altura, lo que involucra y supone una eventual candidatura presidencial por parte de la persona que ocupe el cargo de rector en el ITCR –y no de Eugenio Trejos en particular–.

Un debate de tal naturaleza contribuiría, sin duda alguna, a evitar esas simplificaciones, tergiversaciones, y hasta atrevidas maledicencias, las cuales, como expresara Rubert de Ventós en su momento, acostumbran ser el prólogo que anuncia (o el epílogo que legitima) algún linchamiento, físico o moral

Tomado del periódico La Nación de Costa Rica.

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