En mi concepto de ciudadano me refiero a dicha publicación. En relación a los diversos materiales que producen las cuencas de los ríos del cantón de Pococí, es importante aclarar varias situaciones, del porque las municipalidades están atadas de manos teniendo su propios recursos.
En primer lugar en Costa Rica los empresarios han entendido y es un hecho que cuando obtienen una concesión es sinónimo de propiedad privada, sin importarles el bien general prevaleciendo el lucro particular y especulativo por cierto; es decir, un capitalismo salvaje.
Entonces ¿Qué es una concesión? Negocio jurídico por el cual la Administración Pública cede a una persona facultades de uso privativo de una pertenencia del dominio público o la gestión de un servicio dominio público en plazo determinado bajo ciertas condiciones. Diccionario de la Real Lengua Española, vigésima segunda edición 2001.
Queda claro que las municipalidades una vez vencido el plazo son “libres” de negociar otra concesión que sea favorable para los intereses del pueblo, pero no lo hacen porque hay mucho dinero de por medio y la corrupción es un cáncer muy avanzado, yo diría que incurable en Costa Rica y el peor castigo para los pueblos.
No es cierto como lo indica el Diputado Jorge Méndez en este prestigioso medio de información, que a las municipalidades se les ha relegado a una participación de su propia riqueza residualmente, ni siquiera a esa han tendido derecho, una cosa es lo que dice la ley y otra el la practica que casi nunca se cumple por varias razones.
En segundo lugar esta “Ley para regular la extracción de materiales de canteras y causes de dominio público por parte de las municipalidades” no viene a solucionar absolutamente nada, simplemente es una ley más de las veintitrés mil y tantas leyes que tenemos en nuestro país. El asunto esta en hacer valer nuestros derechos por medio de las municipalidades respectivas cobrando un impuesto real a dichas concesiones y de ese dinero comprar los materiales que se necesitan para suplir las múltiples necesidades de las municipalidades de Costa Rica. Es más práctico, mas directo que dicha ley, que se establezca un impuesto especial a dicha concesiones, por cuanto la mayoría de municipalidades no tienen la capacidad económica ni el recurso de personal humano técnico para manejar directamente la extracción de materiales de los ríos, a lo sumo se podría extraer material bruto. Además habría que ver su los empresarios respetan dicha o por lo menos no la torpedean con recurso de inconstitucionalidad o de cualquier otra forma.
Aquí viene el pero, como no se puede tocar el capital privado, aún por necesidades de orden público en este país por compromisos adquiridos por los Partidos Políticos tradiciones, un impuesto de esta naturaleza no prospera. Si tuviéramos en la Asamblea Legislativa representantes libres de pensamiento, sin compromisos políticos, sin deuda que pagar a los capitalistas, auténticos, etc., otra cosa fuera, si se pudiera actuar independiente y luchar sin miedo a favor de nuestras comunidades. Los diputados de los partidos tradiciones aunque algunos tengas buenas intenciones individuales no sirve de nada, no pueden ni siquiera externarla porque queda por fuera de su partido y se convierten en cadáveres políticos, es decir, no son dueños de su mente, sus manos, su cuerpo todo esta supeditado a interés ajenos a los intereses de neutras comunidades. Simplemente son instrumentos de los ricos.
Es muy fácil hablar para engañar al pueblo, dice el diputado mencionado “que las municipalices deben ser ejes de desarrollo” entre otras cosas, pero no esta dispuesto a luchar por las mismas, simplemente menciona una ley timorata. Siempre lo vea muy cerquita al presidente y saliendo la foto en los periódicos pero no hace nada por nuestra comunidad, queremos hechos no palabras, eso nos han recetados todos los políticos tradicionales.
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