Los frijoles de Upala
Los frijoles de Upala
Nora Garita
"Conquistaron tus hijos, labriegos sencillos, eterno prestigio, estima y honor", dice nuestro Himno Nacional. La figura del labriego sencillo es central en la representación de los hijos e hijas de esta patria imaginada como una madre, llamada Costa Rica. Señala María Amoretti en su libro Debajo del canto, que el "labriego sencillo" se puede interpretar de dos maneras, cada una con una visión única distinta. Por un lado, vemos las virtudes de humildad, moderación, autenticidad del labriego sencillo. Esta humildad será un ideal que permite la convivencia entre los seres humanos. Por otro, algunos ven en esa sencillez campesina valores negativos: "polo", "maicero", "concho". En un ienes la sencillez es un antivalor.
Es cierto que ya no somos un país eminentemente agrícola, pero un Himno Nacional es un ramillete de ideales, un proyecto de valores compartidos que articulan un "nosotros", ticas y ticos. La labor fecunda de la que habla nuestro Himno pone como ideal el trabajo honrado, no la plata fácil. El trabajo y la paz, binomio de ideales para construir un proyecto país. ¿Estará el Himno a contrapelo de los tiempos, cuando todo se mercantiliza?
Por eso la solidaridad demostrada por los costarricenses que acudieron a comprar miles de quintales de frijoles a los campesinos de Upala merece una reflexión. La Asociación de Desarrollo Social de Upala se declaró en quiebra, pues el esfuerzo y dinero invertidos en la cosecha se perdían, ya que el gobierno autorizó la importación de frijol chino y otros países, dejando a miles de familias en ruina. El poder de convocatoria de los medios de comunicación despertó la solidaridad y los salvó. Debemos ser conscientes de este poder, que se ejerce, como en este caso, para apelar a los mejores sentimientos nacionalistas, pero que a veces puede usarse para atizar xenofobias.
Somos un país de fertilidad asombrosa, con campesinos capaces de darnos seguridad alimentaria, pero hablar de esto es pecado ante quienes solo conciben el aperturismo como la panacea. La desprotección en la que están nuestros agricultores obedece a un concepto de país: se favorece un modelo que beneficia solo a un grupo de la población.
La situación de los campesinos de Upala no es entonces casual, responde a un modelo que los deja por fuera, como a otros sectores. La reacción de la población costarricense puede interpretarse como un repudio a ese modelo. Cada año veremos a los agricultores de Upala apelar a la solidaridad de la población, porque el gobierno, que debe velar por todos, los olvida.
La imagen de madre patria debe cobijar a todos y todas. Ese es el ideal de país que propone nuestro Himno, el que sostuvo la gente que llegó al llamado de los campesinos, el que sostiene la paz con solidaridad.
Tomado del periódico Diario Extra de Costa Rica.
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