martes, 28 de julio de 2009
DEMOCRACIA PARA LOS RICOS Y MISERIA PARA LOS POBRES
EL IRRISORIO “AUMENTO” SALARIAL
Geovanny Díaz Jiménez *
El lunes 13 de julio se anunció el porcentaje de “aumento” salarial para el sector público correspondiente al segundo semestre de 2009. La cifra más parece un chiste, una burla para los empleados públicos que día a día entregamos nuestro esfuerzo y conocimiento a nuestro país, que un reconocimiento a nuestro trabajo y un empujón para poder hacer frente a la situación económica actual. Hasta pena da decir que nos aumentaron un 1,21%, es decir ¢1.210 por cada 100 mil colones de salario.
Lo simpático, por ponerlo en términos optimistas, es que no ha pasado una semana desde el anuncio del “aumento” y los medios han informado de varios incrementos de los que voy a mencionar algunos.
Aumento en la tasa básica pasiva del Banco Central, lo que significa que quienes hemos hecho préstamos para diferentes necesidades, sean éstas casa, carro, estudio, pago de deudas, etc., veremos un aumento en la cuota mensual del préstamo, que por demás está decir, en muchos casos será mayor que el incremento salarial.
Solicitud de aumento en el servicio de agua potable.
Aumento en la gasolina, ¢75 colones más por litro de gasolina, es decir, un promedio de ¢3.500 más para llenar el tanque del automóvil.
Aumento en el precio de los huevos. En promedio, el kilo de huevos subió ¢100 en los últimos días.
Con este panorama, cabe preguntarse ¿en qué se basan las autoridades económicas de este país para calcular la inflación acumulada? No soy economista ni tengo mucho conocimiento del tema financiero, pero no hay que ser un dechado de inteligencia para darse cuenta de que los precios suben más aceleradamente que los salarios, no hay que tener muy abierto el entendimiento para darse cuenta de que constantemente se anuncian aumentos en los precios de la gasolina y de que no es lo mismo decir que hoy, 17 de julio, la gasolina sube 75 colones, pero que en agosto bajará 5 colones.
¿Será que el Gobierno piensa que los costarricenses aún nos chupamos el dedo?
Esta misma semana, en un medio de circulación nacional se aseguró que la desigualdad social se viene acentuando y que los salarios familiares aumentaron un 15% en promedio en 2008, el problema es que ese 15% debe desglosarse en un 10% para las familias más adineradas, para la reducida clase alta de este país, y el restante 5% es para los estratos más pobres. Yo podría decir que con los precios de los productos de la canasta básica y los servicios pasa lo mismo que con los salarios de la clase alta, crecen en mayor escala que los salarios de la clase baja.
Es irrisorio pensar que un trabajador con un salario de ¢250 mil va a recibir la segunda quincena de julio un aumento de ¢3.025 mensuales. La pregunta sobra, pero es necesario hacerla, ¿creen los gobernantes de este país que ese monto alcanza para pagar los aumentos que se nos anuncian estos días? ¿Qué consumen los que calculan la inflación que no se dan cuenta de los aumentos?
Por favor, ya no más burlas para el pueblo costarricense, para ese porcentaje de población que le da identidad a este país, para ese pueblo que es Costa Rica. No incluyo a ese sector que incrementa sus salarios familiares en un 10% porque ellos, ustedes, viven una realidad diferente a la que vive el costarricense promedio, que es a quien deberían ponerle verdadera atención a la hora de sentarse y hacer numeritos y cálculos de inflación.
* Periodista
Tomado del periódico Diario Extra de Costa Rica
Geovanny Díaz Jiménez *
El lunes 13 de julio se anunció el porcentaje de “aumento” salarial para el sector público correspondiente al segundo semestre de 2009. La cifra más parece un chiste, una burla para los empleados públicos que día a día entregamos nuestro esfuerzo y conocimiento a nuestro país, que un reconocimiento a nuestro trabajo y un empujón para poder hacer frente a la situación económica actual. Hasta pena da decir que nos aumentaron un 1,21%, es decir ¢1.210 por cada 100 mil colones de salario.
Lo simpático, por ponerlo en términos optimistas, es que no ha pasado una semana desde el anuncio del “aumento” y los medios han informado de varios incrementos de los que voy a mencionar algunos.
Aumento en la tasa básica pasiva del Banco Central, lo que significa que quienes hemos hecho préstamos para diferentes necesidades, sean éstas casa, carro, estudio, pago de deudas, etc., veremos un aumento en la cuota mensual del préstamo, que por demás está decir, en muchos casos será mayor que el incremento salarial.
Solicitud de aumento en el servicio de agua potable.
Aumento en la gasolina, ¢75 colones más por litro de gasolina, es decir, un promedio de ¢3.500 más para llenar el tanque del automóvil.
Aumento en el precio de los huevos. En promedio, el kilo de huevos subió ¢100 en los últimos días.
Con este panorama, cabe preguntarse ¿en qué se basan las autoridades económicas de este país para calcular la inflación acumulada? No soy economista ni tengo mucho conocimiento del tema financiero, pero no hay que ser un dechado de inteligencia para darse cuenta de que los precios suben más aceleradamente que los salarios, no hay que tener muy abierto el entendimiento para darse cuenta de que constantemente se anuncian aumentos en los precios de la gasolina y de que no es lo mismo decir que hoy, 17 de julio, la gasolina sube 75 colones, pero que en agosto bajará 5 colones.
¿Será que el Gobierno piensa que los costarricenses aún nos chupamos el dedo?
Esta misma semana, en un medio de circulación nacional se aseguró que la desigualdad social se viene acentuando y que los salarios familiares aumentaron un 15% en promedio en 2008, el problema es que ese 15% debe desglosarse en un 10% para las familias más adineradas, para la reducida clase alta de este país, y el restante 5% es para los estratos más pobres. Yo podría decir que con los precios de los productos de la canasta básica y los servicios pasa lo mismo que con los salarios de la clase alta, crecen en mayor escala que los salarios de la clase baja.
Es irrisorio pensar que un trabajador con un salario de ¢250 mil va a recibir la segunda quincena de julio un aumento de ¢3.025 mensuales. La pregunta sobra, pero es necesario hacerla, ¿creen los gobernantes de este país que ese monto alcanza para pagar los aumentos que se nos anuncian estos días? ¿Qué consumen los que calculan la inflación que no se dan cuenta de los aumentos?
Por favor, ya no más burlas para el pueblo costarricense, para ese porcentaje de población que le da identidad a este país, para ese pueblo que es Costa Rica. No incluyo a ese sector que incrementa sus salarios familiares en un 10% porque ellos, ustedes, viven una realidad diferente a la que vive el costarricense promedio, que es a quien deberían ponerle verdadera atención a la hora de sentarse y hacer numeritos y cálculos de inflación.
* Periodista
Tomado del periódico Diario Extra de Costa Rica
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