La OEA suspende a Honduras por el golpe de Estado contra Zelaya |
Esta es la primera vez desde la firma de la Carta Democrática Interamericana en 2001 que los países miembros de la OEA deciden suspender a un Estado miembro, aunque Cuba fue excluida en el 1962.
Horas antes de que se diera a conocer la resolución en Washington, seguidores a favor de Zelaya celebraban la anunciada llegada al país hoy. Información que el presidente depuesto confirmó tras la OEA dar a conocer la suspensión.
El megáfono anuncia que Zelaya llegará hoy a su país tras una semana de ser expulsado y Luis Argucia aprieta su puño derecho, lo lleva en alto y grita hasta ponerse colorado: ¡Viene Mel, urge Mel!
"Lo llevaremos en hombros hasta la Casa Presidencial y sacaremos a patadas a Goriletti (como le dicen los opositores al nuevo presidente Roberto Micheletti, quien asumió el poder tras el golpe de Estado)", dice.
Otros aplauden entre gritos de miles de manifestantes postrados frente al aeropuerto de la capital hondureña, ansiosos de responder a cualquier llamado de Zelaya, el mandatario depuesto.
A tres kilómetros de distancia, frente a las oficinas del Ejecutivo, otras posturas se escuchan entre cánticos del Himno a la Alegría, de Beethoven. Escucha, hermano, la canción de la alegría/ el canto alegre del que espera un nuevo día/ ven y canta…
María Grajales una productora de dulces tradicionales reta: "Que venga para que lo metan preso, que eso es lo que falta", dice apretando la mandíbula, vestida de punta en blanco en señal de apoyar al nuevo gobierno.
Micheletti dijo que si Zelaya volvía éste sería enjuiciado por traición a la patria, atentar contra la democracia, usurpar funciones públicas y desobediencia al Congreso y al Tribunal Superior al tratar de imponer un referéndum con el fin de modificar la Carta Magna y despejar el camino a una futura reelección.
Los hondureños están divididos y se lanzan a las calles con consignas y descalificativos mutuos, ensalzando y repudiando al derrocado mandatario. Incluso los que permanecían neutrales van tomando partido.
Ayer la Iglesia Católica se manifestó a favor del nuevo gobierno y criticó a la Organización de Estados Americanos (OEA) por suspender a Honduras como miembro y avalar que los presidentes de Argentina, Cristina Fernández; de Ecuador, Rafael Correa y de Paraguay, Fernando Lugo, acompañen al derrocado presidente a retomar el poder.
Zelaya, un hombre de 57 años que llegó al poder de este país centroamericano de 7.5 millones de habitantes en enero 2006, llamó a sus simpatizantes a esperarlo en el aeropuerto de Tegucigalpa "sin armas".
Y es que tanto Zelayistas como Michelletistas temen que cualquier "chispa", ya sea un discurso incendiario, un abuso de la fuerza militar o cualquier movimiento político en falso concluya con muertes.
Tomado del periódico El Tiempo de Honduras 05/07/09
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