Violento desalojo de “indignados”
- La policía española desmanteló con golpes a decenas de manifestantes en una plaza de Barcelona
- Las autoridades aludieron a la final de una liga de futbol, pero los “indignados” aseguraron que volverán
Al menos 121 personas tuvieron que ser atendidas tras los choques entre los “indignados” y la policía de Barcelona en una de las plazas de esta ciudad española.
LA PRENSA/AFP/JOSEP LAGO
BARCELONA, ESPAÑA/ AFP
Miles de manifestantes se reunieron de nuevo anoche (hora local) en Barcelona y Madrid, gritando su furia tras un fuerte operativo de la policía en la mañana en Barcelona para desmantelar un campamento de jóvenes “indignados”.
Los “indignados” son un movimiento de jóvenes, agrupados y apoyados en las redes sociales, que se extiende hacia otros horizontes en torno a múltiples reivindicaciones, que van desde el fin del desempleo hasta denunciar la corrupción e inutilidad de los políticos.
En Barcelona más de 5,000 personas se reunieron en la Plaza de Cataluña, donde por la mañana estallaron incidentes cuando los servicios municipales quisieron desmantelar el campamento instalado hace diez días.
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Por la noche miles de manifestantes invadieron la Puerta del Sol en Madrid. La multitud agitaba flores y ramos de todos los colores, gritando “Barcelona no está sola” o mostrando pancartas de apoyo a Cataluña.
Después del desalojo en Barcelona la multitud invadió de nuevo la plaza. En la noche unos diez toldos fueron reconstruidos.
En Madrid el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció que las autoridades estudian una posible evacuación de la Puerta del Sol, tras peticiones insistentes del gobierno regional y comerciantes del lugar.
La policía desalojó ayer a los “indignados” que acampaban en la Plaza Cataluña de Barcelona para permitir su limpieza de cara a posibles celebraciones hoy por la final de la Liga de Campeones entre el Manchester United y el Barcelona, pero unas 200 personas volvieron a ocuparla al mediodía.
La policía y guardias municipales se presentaron ayer a las seis de la mañana y comunicaron a quienes vivaqueaban en la plaza que podrían retirarse quienes querían y quedar bajo vigilancia y aislamiento policial el resto, para hacer limpieza.
La limpieza en la plaza de Cataluña en Barcelona se debió supuestamente por posibles celebraciones de un juego de futbol.
LA PRENSA/AP
Un total de 121 personas “han tenido que ser atendidas por el Servicio de Emergencias Médicas (SEM), de los cuales 37 policías y 12 personas por ataques de ansiedad y policontusiones”, informó un portavoz del SEM.
“Se limpia la plaza, la policía está allí para dar apoyo al servicio de limpieza. Se quita todo tipo de objeto contundente que podría ser peligroso, como cacharros, cuchillos”, afirmó una portavoz de la policía.
En la mañana numerosos policías formaron un cordón para rodear a los últimos resistentes que quedaban en el centro de la plaza y otro para contener una cantidad de jóvenes que querían sumarse al grupo.
Si bien la actitud y consigna de los manifestantes era de presentar una “resistencia pacífica”, los ánimos se caldearon cuando una quincena de camiones municipales de la limpieza quisieron abandonar la plaza.
Un grupo de indignados les cerraron el paso en la Ronda Universidad, una de las arterias que rodea la emblemática y céntrica plaza, ante lo cual intervinieron los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra (policía autonómica), que terminaron dando bastonazos y recurriendo a balas de goma para abrir paso a los camiones.
Fue cuando hubo carreras de policías cargando contra manifestantes, de “indignados” huyendo de los bastones policiales y donde se produjeron los heridos. En los alrededores de la plaza llegó a haber unas dos mil personas al mediodía, muchas de las cuales pugnaban por entrar en ella, mientras gritaban consignas como “¡No pasarán!”, “!El pueblo unido jamás será vencido!”, “Violencias no”, entre otras.
“Nos hacen ir por el partido, pero volveremos a reunirnos porque el partido que nosotros jugamos es más importante”, aseguró Albert Bonet, artista, de 42 años.
Esta operación “es muy lamentable”, se quejó Manuel, profesor de la Universidad Politécnica de Cataluña, de 52 años, en su silla de ruedas. Lleva en su mano un cartel que reza: “No podrán desalojarnos de nuestros sueños”
Tomado del periódico la Prensa de Nicaragua.
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