LUCHADOR HASTA LA MUERTE.

LUCHADOR HASTA LA MUERTE.
VIVA LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA DE LA CLASE TRABAJADORA

EL PUEBLO TIENE DERECHO A COMER


  • LÍDER, ACTIVISTA, ABOGADO, NOTARIO PÚBLICO, EMPRESARIO EXITOSO.
  • SALARIO MÍNIMO JUSTO DE ¢350,000 MENSUALES.
  • LUCHA CONTRA EL RÉGIMEN CORRUPTO DICTATORIAL DE LOS ARIAS.
  • PROGRESO CON BENFICIO SOCIAL.
  • DEFIENDE CLASE TRABAJADORA, MICRO, PEQUEÑO Y MEDIANOS EMPRESARIOS HONESTOS.
  • CONOCEDOR Y VISIONARIO DE LOS PROBLEMAS DE COSTA RICA.
  • UN PATRIOTA NO SE VENDE NI SE COMPRA.
  • POLITICOS CORRUPTOS DEBEN ESTAR EN LA CÁRCEL, CORRUPCIÓN CANCER DE COSTA RICA.

“La democracia no es algo abstracto, no es que el rico le diga que vive en democracia, no es ir a elecciones cada 4 años. La democracia no es una forma política; es una forma de vida; es acceso al trabajo, estudio, salud, recreación, tranquilidad, es decir; repartir la riqueza a la mayoría, vivir dignamente solo se logra cuando la clase trabajdora tome el poder; hoy la "democracia" capitalista es para los ricos, los demás son simples esclavos modernos”

¡¡¡ BASTA, BASTA, BASTA DE CORRUPCIÓN, CORRUPCIÓN!!!


DESPIERTA PUEBLO, SOLO LA LUCHA ORGANIZA Y BIEN DIRIGIDA NOS HARÁ LIBRES, UNIDOS SEREMOS FUERTES Y VENCEREMOS. VIVA COSTA RICA LIBRE. NO A LOS CORRUPTOS, LADRONES, VENDEPATRIA, NO A LOS POLITICOS TRADICIONALES CORRUPTOS, NO A LA VIEJA POLITICA. NO MINERÍA, NO EXPLOTACIÓN PETROLERA.

jueves, 19 de mayo de 2011

DICTADURA ARIAS: ES LA QUE MAS DAÑO LE HA HECHO Y ESTAN HACIENDO AL PAÍS. EL ARTICULISTA TIENE MIEDO, LE DOY LA RAZÓN.

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Jorge Vargas Cullell Politólogo jovargas@nacion.co.cr. 11:52 p.m. 18/05/2011

Como es jueves y los días están calientes y pegajosos, les planteo esta pregunta: ¿es racional y moral esperar cosas distintas de las mismas personas? Pienso, por supuesto, en los políticos que desde distintos partidos han engalanado (es un decir) la escena nacional en los últimos veinte años. Incapaces de conducir gobiernos decisivos e incapaces de ejercer una oposición constructiva, el principal legado de esa cohorte de políticos, cuyas edades oscilan entre 45 y 70 años, es una Costa Rica entrabada y con una profunda desconfianza en sus propias capacidades como país. Creo que la historia será dura con ellos, pero, agrego, tampoco nos absolverá a nosotros, los ciudadanos de esta época.

Ahí es donde lo de racional viene al punto: siempre hay tontos por ahí, pero la gran mayoría de electores es gente razonablemente inteligente, capaz de discernir lo que es bueno para ellos y para su entorno. Entonces, ¿por qué creen que los mismos harán, la próxima vez, algo diferente y mejor? Y lo de moral, también: ¿no será que nos hacemos los chanchos para luego alegar sorpresa cuando una buena cantidad de regidores, alcaldes, diputados y un largo etcétera salen “gueros”, como ya todos sabíamos? ¿No eludimos así responsabilidades y luego, cínicamente, nos rasgamos las vestiduras?

Es injusto meter a todos los políticos en un saco. Tenemos algunos alcaldes interesantísimos, que se han ganado el respeto y apoyo de sus comunidades. Más difícil es encontrar en las últimas legislaturas diputados descollantes, aunque si uno rebusca, los hay. Lo mismo con los ministros. Sin embargo, la lista de expresidentes de las últimas dos décadas da grima, aunque de este penoso prontuario salvaría sin dudar a Óscar Arias. Con todo, el balance de los políticos como clase cae claramente por el lado del déficit. ¿Por qué nos sobrevino una profunda escasez de líderes de calibre? ¿Mala suerte? ¿Obtuvimos lo que somos, unos indecisos timoratos?

En vísperas de elecciones locales y en medio de una lacerante crisis económica, ha surgido en España un movimiento llamado “Democracia real”. Multitudes alegan que ningún partido los representa, aunque tampoco llaman a la abstención. Están chivas y piden que les devuelvan su democracia, que consideran secuestrada: respuesta extrema a una situación extrema.

Aquí no estamos en estas, pero creo que del descontento fácilmente explotable por lidercillos hemos pasado a una desazón más profunda y, quizá, al convencimiento de que estamos en un laberinto, que necesitamos soluciones urgentes, pero que no vemos quién o quiénes las ejecutarán.

Así las cosas, ¿cuál será el nuevo capítulo de nuestra historia que estamos por abrir?

Tomado del periódico la Nación de Costa Rica.

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