¡Bienvenido a casa Manuel Zelaya Rosales!
Juan Antonio Martínez H.
Dijo volveré, antes de cerrarse la escotilla del avión que lo conduciría a la república Dominicana. Y vaya que lo ha cumplido, gracias a la mediación de los presidentes de Colombia y Venezuela y a una persistente presión de sus seguidores aglutinados en el Frente Nacional de Resistencia Popular,(FNRP) quienes, en todo momento, reclamaron en las calles su pronto retorno. No es casual que, ahora que regresa a su Patria, después de permanecer exiliado en aquellas acogedoras tierras caribeñas por mas de año y medio y de haber sufrido el acoso y la torturante acción de la dictadura durante su estadía en la embajada brasileña, previo a su partida, sus files seguidores le tributen la más calurosa bienvenida.Este día quedará grabado en la historia hondureña como histórico porque marca el regreso de un ex presidente, derrocado, vejado y extrañado de su Patria por un sector retardatario del Ejercito Nacional, confabulado con empresarios y políticos corruptos, auxiliados en esta aberrante acción, por religiosos impúdicos y cadenas mediáticas, que siempre estuvieron maniobrando para impedir su regreso. El pueblo hondureño que posee una indisposición natural por la injusticia, ante tan perversa persecución contra el ex mandatario Manuel Zelaya, ha multiplicado sus simpatías por tan singular personaje, a cifras superlativas.
Es por eso que este mismo pueblo que lo vino a despedir aquel triste 27 de enero del 2010, hoy abre espléndidamente sus brazos para recibirlo con todos los honores que su dignidad merece. Además, Manuel Zelaya fue la persona que abrió los ojos del pueblo al razonamiento desapasionado que hoy le permite tener una conciencia mas objetiva de la realidad nacional. Y no solo eso, también se ganó, con sobrada razón, el reconocimiento de la mayoria de la población, por las medidas y acciones en favor de los sectores marginados y populares de la nación.
Las luchas de Zelaya por la protección del medio ambiente, la matricula gratis en los centros escolares públicos, el cambio de formulas de importación para el abaratamiento de los combustibles, el incremento razonable al salario mínimo, hicieron crecer su popularidad. Mas aun, cuando estrechó sus relaciones con los países del cono sur del Continente, entre ellos Venezuela, para obtener beneficios a favor del pueblo, como Petrocaribe, prestamos y donaciones de tractores para el campesinado organizado.
Estas acciones del entonces presidente Manuel Zelaya, mas su determinación de consultarle al pueblo su opinión sobre reformas constitucionales, incomodaron a los sectores oligárquicos del país, quienes se confabularon para sacarlo de manera violenta del poder y expulsarlo a Costa Rica, por suponer que lo que buscaba el mandatario, era entronizarse en la presidencia y establecer un régimen de izquierda, similar al de Chávez en Venezuela. A partir de entonces comienza el “viacrucis” de Zelaya, quien, buscando revertir el golpe de Estado regresa subrepticiamente al país y se asila en la Embajada de Brasil, convertida por las “fuerzas de seguridad” del Estado en una cámara de tortura donde la persona del ex mandatario es sometida a las más humillantes vejaciones.
Pero hoy, el popular ex presidente y líder de la oposición, regresa a su Patria para continuar sus luchas cívicas por restaurar la institucionalidad democrática de la nación y conquistar para el pueblo el poder de la nación. Regresa Manuel Zelaya para emprender nuevas jornadas por devolverle a la sociedad hondureña, sus derechos ciudadanos, su dignidad y sus valores conculcadores por la opresión. Vuelve Zelaya a reencontrarse con su pueblo para, juntos, encontrar la senda correcta de conducir el destino de la Patria que nos legaran nuestros mayores.
En ese esfuerzo supremo por consolidar la democracia nacional, de reconciliación, pero sin olvido a los crímenes contra los derechos humanos; en ese empeño por acabar con la impunidad y la corrupción; por establecer un verdadero Estado de Derecho, donde la justicia brille para todos por igual y se respete la dignidad de todos los hondureños. Donde no existan privilegios para políticos corruptos ni prebendas para los poderosos que buscan fortuna al amparo del Estado. Si su esfuerzo va encaminado a brindarnos una Patria Nueva, ¡Bienvenido Comandante Mel! Pasad.
Tomado del periódico El Tiempo de Honduras.
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