LUCHADOR HASTA LA MUERTE.

LUCHADOR HASTA LA MUERTE.
VIVA LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA DE LA CLASE TRABAJADORA

EL PUEBLO TIENE DERECHO A COMER


  • LÍDER, ACTIVISTA, ABOGADO, NOTARIO PÚBLICO, EMPRESARIO EXITOSO.
  • SALARIO MÍNIMO JUSTO DE ¢350,000 MENSUALES.
  • LUCHA CONTRA EL RÉGIMEN CORRUPTO DICTATORIAL DE LOS ARIAS.
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  • CONOCEDOR Y VISIONARIO DE LOS PROBLEMAS DE COSTA RICA.
  • UN PATRIOTA NO SE VENDE NI SE COMPRA.
  • POLITICOS CORRUPTOS DEBEN ESTAR EN LA CÁRCEL, CORRUPCIÓN CANCER DE COSTA RICA.

“La democracia no es algo abstracto, no es que el rico le diga que vive en democracia, no es ir a elecciones cada 4 años. La democracia no es una forma política; es una forma de vida; es acceso al trabajo, estudio, salud, recreación, tranquilidad, es decir; repartir la riqueza a la mayoría, vivir dignamente solo se logra cuando la clase trabajdora tome el poder; hoy la "democracia" capitalista es para los ricos, los demás son simples esclavos modernos”

¡¡¡ BASTA, BASTA, BASTA DE CORRUPCIÓN, CORRUPCIÓN!!!


DESPIERTA PUEBLO, SOLO LA LUCHA ORGANIZA Y BIEN DIRIGIDA NOS HARÁ LIBRES, UNIDOS SEREMOS FUERTES Y VENCEREMOS. VIVA COSTA RICA LIBRE. NO A LOS CORRUPTOS, LADRONES, VENDEPATRIA, NO A LOS POLITICOS TRADICIONALES CORRUPTOS, NO A LA VIEJA POLITICA. NO MINERÍA, NO EXPLOTACIÓN PETROLERA.

viernes, 27 de agosto de 2010

LA NACIÓN: PERIODICO DESPRESTIGIADO, SOLO DEFIENDE AL GRAN CAPITAL Y TRANSNACIONALES, SIN INTERESARLE EL PAÍS. ESTAMOS DE ACUERDO EN MODERNIZACIÓN.

EDITORIAL

El sindicalista y el diálogo

El secretario general de Sintrajap recibió la noticia de su restitución con “serenidad” y se puso a las órdenes de la Presidenta para abrir “un diálogo franco”

El Gobierno debe ser cauto y no olvidar que Ronaldo Blear es un dirigente con poco espacio de maniobra, defensor de tesis ya derrotadas

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08:56 p.m. 26/08/2010

El desempeño del sindicato de Japdeva se ha satanizado, pero el trabajador cambió de actitud, dice en tono conciliador Ronaldo Blear, dirigente gremial restituido en su cargo el miércoles por un fallo de la Sala Constitucional. La declaración es significativa porque trasluce algún grado de aceptación de la nueva realidad, tan apartada de la obstinada oposición al cambio que hasta hace poco caracterizó a la dirigencia laboral portuaria. Cuando los duros hablan suave, es importante esclarecer las razones para no caer en equívocos.

Blear y sus compañeros de directiva fueron restituidos por una apretada decisión de la Sala IV, cuatro de cuyos siete magistrados consideraron violado el derecho al debido proceso en el trámite seguido para destituirlos. Pero el regreso al poder es precario, porque significa dar marcha atrás a un acuerdo de concesión de los puertos avalado por la mayoría de los trabajadores.

Antes de su destitución, Blear y su directiva hicieron lo posible por impedir la manifestación de esa voluntad. Una y otra vez rehusaron convocar a asamblea y denunciaron la generosa indemnización ofrecida por el Gobierno como una simple compra de voluntades. Son $137 millones a distribuir entre los mil trabajadores afectados por el proceso de concesión y la mayoría de ellos los aceptaron, no como soborno sino como retribución por el cambio de las condiciones laborales.

Son hombres y mujeres, adultos todos y capaces de decidir lo que les conviene. Así lo hicieron y volverán a tener la oportunidad de opinar en enero, durante la elección sindical ordinaria. Douglas Brenes, secretario general apartado del cargo por la decisión de la Sala IV, ya anunció el propósito de postularse en ese momento para retomar el rumbo de los últimos meses.

Ese es el telón de fondo de las declaraciones de Blear luego de conocer el fallo de los magistrados. El Secretario General recibió la noticia con “serenidad” y se puso a las órdenes de la presidenta Laura Chinchilla para abrir “un diálogo franco” con el propósito de avanzar “de una vez por todas”. Es un discurso distante de las advertencias sobre el derramamiento de sangre en caso de concesión de los muelles.

Pero Blear y sus partidarios están atrapados por cuanto representaron en el pasado. La concesión no les resulta aceptable porque, en su criterio, “no va a traer empleo a Limón”, pero la nueva realidad impone matizar el rechazo y el sindicalista se apresura a admitir la necesidad de “otro tipo de apertura”.

El diálogo ofrecido por Blear podría ser una oportunidad para probar la sinceridad del cambio manifiesto en sus declaraciones y conseguir mayor precisión en sus planteamientos. El país debe saber, por ejemplo, si los dirigentes restituidos pretenden restablecer el cierre del puerto varios días al año para observar los feriados. Por su parte, los trabajadores tienen derecho a saber si el rumbo propuesto por la cúpula sindical coincide con sus intereses, como ellos los han entendido y no como la dirigencia decida definirlos.

Pero el Gobierno debe ser cauto y no olvidar que Blear es un dirigente con poco espacio de maniobra, defensor de tesis derrotadas por sus propios representados y preso de una imagen forjada con la falta de moderación del pasado reciente. Trabaja contra el tiempo en el marco de una división intestina cuyas proporciones no le favorecen. “No se puede seguir más con conflictos internos”, declaró casi con desesperanza, pero el desacuerdo está planteado y los hechos de los últimos meses no hicieron más que profundizarlo. Cuando menos, Blear no está en condiciones de exigir exclusividad en el diálogo. Los hechos recientes demostraron la vitalidad de sectores con los cuales se puede y se debe hablar.

Tomado del periódico la Nación de Costa Rica.

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