Disolución de Parlamento y suspensión de Constitución
Ejército egipcio y activistas discuten reformas en conjunto
En los próximos 10 días militares propondrán cambios en la Carta Magna
Modificaciones serían sometidas a referendo dentro de dos meses
10:08 a.m. 15/02/2011
El Cairo. AFP. Los ciberactivistas impulsores de la revolución de Egipto, que provocó la caída del presidente Hosni Mubárak, y el Ejército, con plenos poderes, discuten juntos las reformas democráticas tras la disolución del Parlamento y la suspensión de la Constitución.
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Según estos cibermilitantes, los militares tienen previsto proponer enmiendas a la Constitución en los próximos diez días y someter estos cambios a un referendo dentro de dos meses, siguiendo las reivindicaciones de los manifestantes.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas indicó el domingo que asumía “la administración de los asuntos del país provisionalmente durante seis meses o hasta el final de las elecciones legislativas y a la presidencia de la República”.
El Ejército mantendrá el Gobierno formado por Mubárak el 31 de enero para la gestión de los asuntos corrientes.
“Nos hemos reunido con el Ejército (...) para comprender su punto de vista y explicarles el nuestro”, dijeron Wael Ghonim, el joven informático convertido en ícono de la revuelta, y el bloguero Amr Salama, en una nota con el título Cita con el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en una página prodemocrática.
Ghonim, ejecutivo de Google, pasó 12 días detenido durante las manifestaciones y dijo haber estado todo el tiempo con los ojos vendados.
Este encuentro entre activistas y Fuerzas Armadas marca una ruptura con el régimen de Mubárak, que tardó mucho tiempo en darse cuenta de que los movimientos nacidos en Internet podían ser una importante fuerza de oposición.
“El Ejército dijo que no aspiraba a gobernar Egipto y que el futuro de Egipto reside en el poder civil”, según Ghonim y Salama.
Por su parte, el Ejército egipcio empezó el domingo a desmantelar las instituciones del régimen del expresidente Hosni Mubárak, quien cedió el poder el viernes tras 30 años a la cabeza del país, como consecuencia de 18 días de una revuelta popular sin precedente.
La disolución del Parlamento, tras las elecciones celebradas a finales del 2010 y donde hubo, según la oposición, fraudes masivos, así como la revisión de la Constitución, que limita el número de candidaturas a la presidencia, formaban parte de las reivindicaciones políticas de los manifestantes.
El gobierno de Ahmad Shafic, quien se reunió el domingo por primera vez desde la salida de Mubárak, aseguró que la seguridad sería su principal prioridad.
Según los jóvenes activistas, el Ejército también prometió “demandar ante la Justicia a todas las personas acusadas de corrupción, sea cual sea su cargo actual o en el pasado”.
Los militares, acusados por grupos de defensa de derechos humanos de haber metido en la cárcel y torturado a los manifestantes durante la revuelta, también se comprometieron a “encontrar a todos los manifestantes desaparecidos”, según Ghonim y Salama.
Los manifestantes y la población reconocieron la moderación del Éjército durante los enfrentamientos, al contrario de la Policía, implicada en los principales actos violentos de la revuelta.
Tomada del periódico la Nación de Costa Rica.
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