En Vela
Esta no es una nota de humor. Este es el concepto de un sacerdote católico, director de Pastoral Social de la diócesis de Tilarán, sobre el respeto a la verdad, a las personas, a la institucionalidad y a las normas de la Iglesia.
Este sacerdote católico envió una carta a la Universidad de Salamanca, el 24 de noviembre pasado, en la que indica lo siguiente: “Aunque incurrí en muchos gastos económicos, problemas laborales y un gran desgaste físico y emocional por tantos viajes… entre el 2006 y el 2007… a Honduras para concluir con titánicos esfuerzos la Maestría (en la Doctrina Social de la Iglesia), con todo dolor y sacrificio que mi petición significa, pero empujado por mis convicciones éticas y políticas, solicito respetuosa, pero enérgicamente, si la Universidad de Salamanca insiste en darle el doctorado Honoris Causa a don Óscar Arias, que se borre de las Actas y Archivos universitarios cualquier vestigio de mi nombre, de mis estudios y de la Maestría recién concluida”. En otras palabras, Óscar Arias o él.
En la introducción epistolar proclama que es sacerdote consagrado “al servicio de la verdad, la justicia y la paz que predicó Jesús, el Magíster de Galilea”. Inspirado en estos criterios éticos y religiosos, le comunica a Salamanca que el presidente Arias es “el controlador del Poder Legislativo, sombra oscura del Poder Judicial y del TSE”. Arias “es considerado en Costa Rica como uno de los peores presidentes de América Latina…”. Este doctorado fue gestionado por “figuras notables y grotescas de la política nacional”. Además, “hay miles de personajes más representativos y menos corrompidos con los que sí nos sentiríamos identificados” con un doctorado. Este honor–agrega– significa “una bofetada” para el pueblo democrático.
Óscar Arias –dice este seguidor del Maestro– “no cesa de reducir la esfera de lo público y de apropiarse de lo que es de todos: los ríos… el ICE…, los acuíferos etc., etc.”. En fin, Arias es un depredador y un ladrón por lo que el sacerdote petente no sabe “cuál de los atestados anteriores llenó los requisitos para recibir tan significativa distinción de la Universidad de Salamanca”. Con base en estos y otros motivos de orden legal, ético y democrático”, espera que “reconsideren todavía su polémica decisión”.
Conclusión: si Salamanca confirma el Doctorado, el vicario social de Tilarán habrá causado un daño enorme a la sufrida Iglesia Católica en Costa Rica, pero si gana la demanda, don Óscar debe renunciar y él, el denunciante, puede ser obispo o candidato. Queda un suspenso: ¿actuó así el Vicario Social por sí o con permiso de Mons. Girardi, su superior? ¿Qué piensa el representante del Vaticano? El silencio no es conveniente.
Tomada del periódico La Nación de Costa Rica.
COMENTARIO:
Felicito a las personas que se han opuesto a este premio inmerecido para Oscar Arias, este señor es un usurpador del poder, entro por la puerta de la cocina, comprando la Sala Cuarta y su gobierno a desmantelado el país, lo esta destruyendo, los efectos no tardaran en manifestarse en contra del pueblo.
Lic. Félix Domínguez
06:09 26/11/09
No hay comentarios:
Publicar un comentario