¿Humanización de la CCSS?
Para reducir las listas de espera, se deben construir por lo menos dos nuevos hospitales
Fernando Ferraro Dobles Médico, Exgerente Médico CCSS 06:35 p.m. 31/10/2010
En La Nación del 28 de octubre la licenciada Abril Gordienko escribe sobre la CCSS. Y lo hace con bastante acierto. Pero no es humanización, es gestión lo que la Caja necesita. La Caja no ha acompañado el desarrollo socioeconómico del país. Al no crecer ni modernizarse, ha permitido que todo el sistema de atención se trastorne. Lo que falta es ampliar su cobertura, su capacidad instalada, que es absolutamente insuficiente. Lo que hay es bueno, pero es insuficiente. De ahí nace la preocupación de la señora Gordienko.
La Caja es una institución de beneficio social, ahí comienza su humanismo, que sí es real. La inmensa mayoría del personal de la Institución es consciente de sus obligaciones, y el trato que le brinda al paciente es bueno. Los mejores testigos de esto son los mismos usuarios, que en su gran mayoría están satisfechos con los servicios que la Caja les ofrece y están agradecidos con la institución. El gran disgusto hacia la Caja lo generan las largas esperas a que se someten los pacientes. Y esto se soluciona creciendo.
Abril Gordienko señala como un acierto la designación de la Dra. Ileana Balmaceda como Presidenta Ejecutiva, opinión que comparto plenamente. No importa la profesión del elegido. Lo que importa es su conocimiento técnico y, sobretodo, su vocación social. En la adjudicación de estos puestos debe tenerse muy en cuenta los aspectos técnicos de la institución para la que serán escogidos. El funcionario elegido debe ser competente y experimentado, debe conocer la idiosincrasia de la institución, debe tener una clara visión del papel que la institución ejerce en la sociedad, de su razón de ser y de sus objetivos. Debe tener un conocimiento razonable de la administración pública. La falta de experiencia relacionada con la institución, la falta de identificación con sus objetivos o la combinación de ambas y la falta de información técnica, solamente han acarreado retroceso a estas instituciones. Si el Presidente Ejecutivo no tiene estos atributos, fracasará.
Estas condiciones las posee la Dra. Balmaceda. Tuve oportunidad junto con otros colegas de compartir una tarde con doña Ileana el tema de las listas de espera. Debo decir que ella y su grupo tienen una idea muy clara del problema y el planteamiento que proponen para su solución es bastante ambicioso y alcanzable. Creo que doña Ileana va a lograr cambios importantes en la Caja, para bien de todos y de nuestra querida Costa Rica.
Problema asistencial. Sin embargo, debo agregar un elemento que, si no se corrige, no se podrán atenuar estas listas de espera. Me refiero al número de camas. En el área metropolitana hacen falta por lo menos 1000 camas nuevas, o sea, dos nuevos hospitales. La construcción de los hospitales San Rafael de Alajuela y San Vicente de Paul de Heredia no atenuó el problema asistencial, se limitó a “cambiar de casa”, a mejorar sus instalaciones, pero al no aumentarse el número de camas no alivió el problema asistencial. El Hospital San Juan de Dios en 1980 tenía 1200 camas, hoy tiene 720. El Hospital Calderón Guardia, por el incendio, disminuyó en 200 sus camas. O sea, se han cerrado aproximadamente 680 camas.
Si a esta situación se agrega el crecimiento poblacional que, evidentemente, ha saturado la mayoría de los centros de salud de la Caja, la situación se agrava. Por esto, además de ampliar la capacidad resolutiva de las clínicas metropolitanas y los centros de atención del primero y segundo niveles, se deben construir por lo menos dos nuevos hospitales.
Con estas nuevas camas e implementando los programas de cirugía ambulatoria en las clínicas metropolitanas y en los hospitales del segundo nivel, las listas de espera en cirugía alcanzarían tiempos de espera aceptables. Programas similares se pueden implementar para algunos procedimientos diagnósticos y especialidades.
Como bien dice la señora Gordienko, los Ebais, joyas del sistema, se desvirtuaron porque algunos jerarcas en su gestión en vez de darles equipamiento y personal a los existentes, en sus afanes politiqueros, descuidaron los existentes y crearon nuevos Ebais, desde su inicio deficitarios. Y por supuesto que a lo que llegaron fue a agravar aún más el problema.
Por su incapacidad resolutiva se han convertido en referidores a los centros superiores. Se sabe que de cien personas que se enferman, solamente cuatro necesitarán atención especializada o internamiento. Para los 96 pacientes restantes es que se crearon los Ebais. Si funcionaran adecuadamente, solamente aquellos cuatro deberían referirse a los niveles superiores.
Lo mismo sucede con el segundo nivel de atención. La Caja debe hacer un gran esfuerzo para fortalecer y modernizar este nivel. Ya se publicó el deseo del Poder Ejecutivo de que la Caja se digitalice. Si esto se logra, se acabará con la policonsulta que es un factor determinante en el abultamiento indeseable de las listas de espera.
La Organización Mundial de la Salud, excluidas las emergencias, acepta como suficiente 4 consultas por año por persona. Todos conocemos en el barrio o en la familia, por lo menos un policonsultante.
Por supuesto que hay muchas otras cosas que resolver en la institución, pero el tema de listas de espera es suficientemente crítico como para mezclarlo con otros temas.
Concluyo insistiendo en el tema de la gestión. Como dice nuestro pueblo, ya basta de “patear la bola pa’delante”. Hay que actuar. Si los dirigentes quieren, la Caja puedeTomado del periódico la Nación de Costa Rica.
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