LUCHADOR HASTA LA MUERTE.

LUCHADOR HASTA LA MUERTE.
VIVA LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA DE LA CLASE TRABAJADORA

EL PUEBLO TIENE DERECHO A COMER


  • LÍDER, ACTIVISTA, ABOGADO, NOTARIO PÚBLICO, EMPRESARIO EXITOSO.
  • SALARIO MÍNIMO JUSTO DE ¢350,000 MENSUALES.
  • LUCHA CONTRA EL RÉGIMEN CORRUPTO DICTATORIAL DE LOS ARIAS.
  • PROGRESO CON BENFICIO SOCIAL.
  • DEFIENDE CLASE TRABAJADORA, MICRO, PEQUEÑO Y MEDIANOS EMPRESARIOS HONESTOS.
  • CONOCEDOR Y VISIONARIO DE LOS PROBLEMAS DE COSTA RICA.
  • UN PATRIOTA NO SE VENDE NI SE COMPRA.
  • POLITICOS CORRUPTOS DEBEN ESTAR EN LA CÁRCEL, CORRUPCIÓN CANCER DE COSTA RICA.

“La democracia no es algo abstracto, no es que el rico le diga que vive en democracia, no es ir a elecciones cada 4 años. La democracia no es una forma política; es una forma de vida; es acceso al trabajo, estudio, salud, recreación, tranquilidad, es decir; repartir la riqueza a la mayoría, vivir dignamente solo se logra cuando la clase trabajdora tome el poder; hoy la "democracia" capitalista es para los ricos, los demás son simples esclavos modernos”

¡¡¡ BASTA, BASTA, BASTA DE CORRUPCIÓN, CORRUPCIÓN!!!


DESPIERTA PUEBLO, SOLO LA LUCHA ORGANIZA Y BIEN DIRIGIDA NOS HARÁ LIBRES, UNIDOS SEREMOS FUERTES Y VENCEREMOS. VIVA COSTA RICA LIBRE. NO A LOS CORRUPTOS, LADRONES, VENDEPATRIA, NO A LOS POLITICOS TRADICIONALES CORRUPTOS, NO A LA VIEJA POLITICA. NO MINERÍA, NO EXPLOTACIÓN PETROLERA.

martes, 9 de noviembre de 2010

PRI = PLN =PODERES FACTICOS IGUAL A CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD. ESTOS POLITICOS MANDAS LAS INSTITUCIONES REPUBLICANAS, ESTAN SOBRE LA LEY SON INTOCABLES

Combatir la impunidad

“Para mis amigos,lo que quieran;y para mis enemigos,la ley”

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Francisco Dall'Anese Ruiz Exfiscal general de la República fdallanese@gmail.com 09:03 a.m. 08/11/2010

La frase que sirve de epígrafe a este comentario fue pronunciada por un político latinoamericano. Ilustra el permanente “conflicto espiritual” entre la aspiración de justicia del pueblo y la impunidad de los poderes fácticos. Refleja también la doble moral de algunos, en lo que hace a la aplicación de la ley: combatir la impunidad de aquellos criminales... pero a mis criminales no me los toquen.

En toda sociedad, en cualquier país, coexisten poder formal y poder informal. El Estado de derecho funciona en la medida en que el primero esté por encima del segundo. Pero cuando los poderes fácticos están sobre las instituciones, el Estado de derecho es solo una estructura cosmética.

En opinión del filósofo Michel Foucault: “Únicamente una ficción puede hacer creer que las leyes están hechas para ser respetadas ('). Todo el mundo sabe también que las leyes están hechas por unos, y que se imponen a los demás ('). Todo dispositivo legislativo ha articulado unos espacios protegidos y provechosos en los que la ley puede ser violada, con otros espacios en los que puede ser ignorada, con otros finalmente en los que las infracciones son sancionadas (...) me atrevería a decir que la ley no está hecha para impedir tal o cual tipo de comportamiento, sino para diferenciar la manera de vulnerar la misma ley (...)” (Foucault, Michel: Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones, Alianza Ed., Madrid, 2008).

El autor francés describe un ordenamiento jurídico deliberadamente creado como instrumento de dominación a favor de un grupo privilegiado y en contra de la mayoría. Refiere un sistema donde impera la desigualdad a favor de una minoría que puede violar la ley sin consecuencia. Un rechazo simplista a las palabras de Foucault es insuficiente para superar su visión. Hay centros de poder informal en constante conflicto con la institucionalidad; los integrantes de esos poderes fácticos incurren en ilegalidades y cometen delitos al amparo de su situación de inmunes a toda consecuencia legal. Es clara la triste coincidencia entre el discurso del profesor francés y la citada premisa del político latinoamericano. A los poderes fácticos: la impunidad, a los ciudadanos de a pie: el castigo.

Debemos admitir que la sociedad de ayer y de hoy ha vivido en un conflicto constante, en el que unas veces el poder real descansa en las instituciones y en otras ocasiones en los grupos informales de poder. Debemos aceptar que, dependiendo de cómo se resuelva ese conflicto en un momento dado, el Estado de derecho tendrá vigencia o quedará secuestrado. Hemos de saber que cuando el poder real lo tienen los poderes fácticos, podemos hablar de “Estado de corrupción”.

En esa constante tirantez entre instituciones y poder informal, los operadores de justicia tienen responsabilidad ante la ciudadanía, como es hacer que las leyes tengan consecuencia para todos por igual sin importar la estatura económica o política de las partes del proceso. El choque de fuerzas es solapado, revestido de aparente preocupación, barnizado de interpretación, disfrazado de respeto, pero agresivo y constante. El gran reto es ganar día a día ese enfrentamiento, para que la justicia sea un ingrediente de la democracia. Es primordial quitarle la razón a Foucault.

Tomada del periódico la Nación de Costa Rica.

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