Fuerte presión occidental sobre Mubarak, mientras región sigue en ebullición
Philippe Rater 1:19 p.m. 30/01/2011
París (AFP). Frente a la magnitud de las manifestaciones en Egipto, estadounidenses y europeos incrementaron este fin de semana la presión sobre Hosni Mubarak, su más cercano aliado en el mundo árabe, sin pedir empero su partida inmediata por temor a un contagio en una región en plena ebullición.
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La secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton consideró el domingo que el presidente egipcio no había dado todavía pasos hacia la democratización de su país, y se pronunció por "una transición en orden".
Con estas últimas palabras, Estados Unidos excluye implícitamente cualquier idea de que Hosni Mubarak se vuelva a presentar en la elección presidencial prevista para este otoño, como en efecto puede hacerlo.
En una declaracion común el sábado, que rompe con la no injerencia reivindicada por París desde hace varios días, Francia, Alemania y Gran Bretaña se alinearon con Estados Unidos para reclamar concesiones al gobierno egipcio, donde la población pide la caída del rais, en el poder desde hace cerca de 30 años.
"Llamamos al presidente Mubarak a evitar a toda costa el uso de la violencia contra civiles sin armas y a los manifestantes a ejercer su derecho pacíficamente", afirmaron Nicolas Sarkozy, Angela Merkel y David Cameron, al pedir a su homólogo "emprender un proceso de cambio".
Angela Merkel y David Cameron ya habían llamado el viernes por separado a que hubiese reformas en Egipto, lo que no había hecho Nicolas Sarkozy.
A nivel internacional, "Barack Obama se adelantó al llamar a una apertura política sin dejar a Mubarak y fue muy hábil", consideró Denis Bauchard, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).
La posición de los estadounidenses y europeos hasta ahora equivale a "un apoyo al régimen" de Mubarak, dice por su parte Didier Billion del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (Iris).
"Estados Unidos está más a la ofensiva en busca de que el vapor de la olla a presión pueda salir", añadió.
Después del discurso de El Cairo en 2009, el presidente estadounidense había suscitado enormes esperanzas en el mundo árabe.
Casi dos años más tarde, sin avances importantes en el conflicto israelo-palestino, es perceptible la decepción en Egipto y Jordania, ambos considerados los países "moderados" de la región.
"Egipto sigue siendo una pieza mayor en el ajedrez de Oriente Medio" y Occidente teme "un efecto dominó si Mubarak cae, con una protesta que podría amplificarse en el mundo", añade Didier Billion.
Más allá del caso egipcio, para los occidentales y para varios países árabes se trata de evitar un contagio incontrolable tras la caída del tunecino Ben Alí.
En la región, Kuwait y Arabia Saudita mostraron explícitamente su apoyo al presidente egipcio. El emir de Kuwait, Sabah al Ahamd Al Sabah, afirmó que su país apoya "al gobierno y al pueblo de Egipto", mientras que el rey saudita Abdala expresó su solidaridad a Hosni Mubarak.
"Francia se mantiene con amistad y respeto al lado de tunecinos y egipcios en este periodo absolutamente crucial no sólo para (Tunez y Egipto) sino para el mundo", añadió el domingo Nicolas Sarkozy.
Lo que ocurrió en Túnez creó "un modelo genérico" que puede repercutir "en Africa, Asia, en todas las partes donde los poderes represivos dominan y parecen fatigados", señaló Pascal Boniface, director del Iris.
"El tiempo no es favorable a las dictaduras", resume bajo condición de anonimato un alto responsable francés, para quien también "puede haber contagio".
"El continente africano vive un momento particular de su historia con 22 elecciones presidenciales y legislativas previstas para el año próximo", subrayó.Tomado del periódico la Nación de Costa Rica.
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