Funeral de Estado ayer para exmandatario
Pueblo y políticos despidieron a Rodrigo Carazo entre elogios
- carlos gonzález
Ayer quedaron en el olvido las diferencias ideológicas, los enfrentamientos políticos, las rencillas históricas, los SI y los NO.
Políticos dejaron atrás sus diferencias y resaltaron convicción del expresidente
Ciudadanos le aplaudieron y le cantaron en catedral metropolitana
Ayer quedaron en el olvido las diferencias ideológicas, los enfrentamientos políticos, las rencillas históricas, los SI y los NO.
En el último adiós al expresidente Rodrigo Carazo Odio (1978 - 1982) los elogios a su figura estuvieron en boca de políticos de todas las denominaciones partidistas y de personas comunes y corrientes quienes no quisieron dejar pasar la ocasión para rendirle tributo al “Presidente de la sonrisa”.
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La última jornada del exmandatario se sucedió en tres actos, todos teñidos de una variopinta asistencia.
Primero, una despedida más íntima, en la tierra en que vivió la mayor parte de su vida: San Rafael de Escazú. Su familia, sus amigos más cercanos, empresarios allegados y sus vecinos escazuceños acompañaron la ceremonia.
Luego, una guardia protocolaria en la Asamblea Legislativa. El féretro arribó a las 12:40 p. m. al sitio adonde Carazo llegó en mayo de 1966 como diputado y presidió su Directorio.
Diputados, candidatos presidenciales, exlegisladores, excombatientes y decenas de particulares desfilaron junto a su cuerpo. En ese mismo sitio Carazo Odio rindió sus cuatro informes como presidente de la República.
Y como cierre, las honras fúnebres oficiales en una catedral metropolitana abarrotada por miembros de los supremos poderes, del cuerpo diplomático, familiares, amigos y muchos particulares.
Carazo, quien llegó al poder en 1978 como candidato de la Coalición Unidad, falleció el miércoles a la 1:20 p.m., a los 82 años, tras una cirugía cardíaca.
Defensor de sus convicciones. El elogio más citado ayer por quienes asistieron a los funerales de Rodrigo Carazo fue el haber sido un hombre que defendió sus convicciones con mucha firmeza.
A unos pasos de su casa, en Escazú, su vecino Javier Solano lo recordó como “muy cercano con la gente” y agregó: “Siempre fue muy querido y se caracterizó por ser una persona humilde y sencilla”.
“No tuvo Rodrigo Carazo en su vida ningún interés capaz de ensombrecer su dedicación a los asuntos públicos”, manifestó el presidente del Congreso, Francisco Antonio Pacheco.
Para uno de sus copartidarios, el exdiputado Rolando Laclé, el expresidente “siempre defendió sus convicciones con fortaleza y gran valor. Tenemos que estar agradecidos con él”.Tomado del periódico La Nación de Costa Rica.
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