Destazadores de ganado asestan fuerte golpe a ganaderos de Pital
Corresponsal GN
Édgar Chinchilla
FPital, San Carlos. Esta mañana fue descubierto un nuevo destace de ganado en la finca de Francisco Rojas González, en Cuatro Esquinas de Pital, zona norte.
A este mismo ganadero hace escasamente un mes le destazaron un toro, valorado en más de ¢1 millón.
Hoy a las 5 a. m., uno de los vaqueros encontró destazada una vaca raza pardo, de 450 kilos de peso y cinco meses de gestación, valorada también ¢1 millón.
El animal fue llevado a un sector solitario de la finca, lo degollaron y se llevaron las mejores partes de carne. Solo dejaron votados los huesos, la cabeza y las patas.
Rojas dijo que en lo que va del año ya le han destazado varias reses y ha tenido pérdidas superiores a los ¢6 millones.
Ganaderos piden ayuda
Los pequeños ganaderos de Cuatro Esquinas de Pital dicen estar hartos de los destaces y aseguran que ni la Policía ni el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) han logrado frenar el problema.
Rónald Rojas, a quien hace 15 días le destazaron un toro, dijo que la pérdida de un animal para ellos es muy dura, ya que dependen de lo poco que tienen para el sustento de sus familias.
Rojas dijo que 17 pequeños ganaderos de esa comunidad se están organizando para enviar una carta al director del OIJ, Jorge Rojas, a quien van a solicitar ayuda, ya que las pérdidas este año a causa de los destaces son millonarias.
Según los afectados, en Cuatro Esquinas se está dando el destace de una res cada 22 días.
En lo que va del año ya los delincuentes han destazado unas 15 reses en diferentes fincas, lo cual ha generado pérdidas cercanas a los ¢20 millones.
Aparte de ganado, los cuatreros han robado más de 10 cerdos y han causado daños importantes en las propiedades, ya que en cada golpe que dan cortan las cercas.
Los afectados esperan poder reunirse pronto con el director del OIJ para exponerle el problema que los aqueja.
Los ganaderos presumen que los delincuentes son de la zona y están muy bien organizados. Incluso creen que cuentan con personas conocedoras en materia de cómo matar reses y cómo hacer cortes finos de carne.
Generalmente, la carne la venden casa por casa, pero los afectados sospechan que también hay carniceros que se prestan para comparar el producto robado.Tomado del periódico La Nación de Costa Rica.
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