LUCHADOR HASTA LA MUERTE.

LUCHADOR HASTA LA MUERTE.
VIVA LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA DE LA CLASE TRABAJADORA

EL PUEBLO TIENE DERECHO A COMER


  • LÍDER, ACTIVISTA, ABOGADO, NOTARIO PÚBLICO, EMPRESARIO EXITOSO.
  • SALARIO MÍNIMO JUSTO DE ¢350,000 MENSUALES.
  • LUCHA CONTRA EL RÉGIMEN CORRUPTO DICTATORIAL DE LOS ARIAS.
  • PROGRESO CON BENFICIO SOCIAL.
  • DEFIENDE CLASE TRABAJADORA, MICRO, PEQUEÑO Y MEDIANOS EMPRESARIOS HONESTOS.
  • CONOCEDOR Y VISIONARIO DE LOS PROBLEMAS DE COSTA RICA.
  • UN PATRIOTA NO SE VENDE NI SE COMPRA.
  • POLITICOS CORRUPTOS DEBEN ESTAR EN LA CÁRCEL, CORRUPCIÓN CANCER DE COSTA RICA.

“La democracia no es algo abstracto, no es que el rico le diga que vive en democracia, no es ir a elecciones cada 4 años. La democracia no es una forma política; es una forma de vida; es acceso al trabajo, estudio, salud, recreación, tranquilidad, es decir; repartir la riqueza a la mayoría, vivir dignamente solo se logra cuando la clase trabajdora tome el poder; hoy la "democracia" capitalista es para los ricos, los demás son simples esclavos modernos”

¡¡¡ BASTA, BASTA, BASTA DE CORRUPCIÓN, CORRUPCIÓN!!!


DESPIERTA PUEBLO, SOLO LA LUCHA ORGANIZA Y BIEN DIRIGIDA NOS HARÁ LIBRES, UNIDOS SEREMOS FUERTES Y VENCEREMOS. VIVA COSTA RICA LIBRE. NO A LOS CORRUPTOS, LADRONES, VENDEPATRIA, NO A LOS POLITICOS TRADICIONALES CORRUPTOS, NO A LA VIEJA POLITICA. NO MINERÍA, NO EXPLOTACIÓN PETROLERA.

viernes, 25 de diciembre de 2009

¿QUIEN ES DE IZQUIERDA? DEFENDER NUESTRAS RIQUEZAS, SOBERANIA, SOBERANIA ALIMENTARIA, PATRIA, DEFENDER A LOS MAS POBRES, UN SOCIALISMO A LA TICA.

Álvaro Montero

La izquierda como gueto

La izquierda debeser un punto de encuentro y node exclusión

Candidato a diputado, Partido Integración Nacional





http://www.nacion.com

TAMAÑO

A finales de 1977, habíamos fundado la coalición electoral Pueblo Unido, como la expresión unitaria de tres organizaciones de la izquierda costarricense. Llegar hasta la firma de los acuerdos unitarios, había sido un prolongado y difícil proceso.

Recuerdo que habíamos convocado a una reunión para explicarle nuestros planes a un número de destacados intelectuales costarricenses que veían con simpatía nuestra incursión electoral. Se habían acercado a escucharnos personalidades de la talla de Carlos Monge Alfaro, Alfonso Trejos Willis y Carmen Naranjo, entre otros. Cuando tomé la palabra, dije más o menos lo siguiente: “Nuestra coalición electoral está llamada a convertirse en el lugar de encuentro de todos los hombres y mujeres que desean servir los intereses de Costa Rica y sobre todo, los intereses de las personas más humildes… pero debemos aclarar que, en ese sentido, Pueblo Unido no es de izquierda…en Pueblo Unido está la izquierda, que son nuestros partidos, pero nuestro deseo es que en Pueblo Unido participemos todas las personas progresistas que apoyan cambios urgentes y necesarios en beneficio de las mayorías”.

Después, ardió Troya. Fui duramente recriminado por compañeros que me acusaban de renunciar a lo que era prácticamente un dogma: el carácter izquierdista y revolucionario de nuestra coalición.

Aun subsiste la discusión sobre el papel la izquierda, la construcción de una alternativa progresista y su eventual triunfo electoral. De eso se trata.

Ser de izquierda. Eso que llamamos “la izquierda” no es un asunto de denominaciones o de simples calificativos. Ser de izquierda constituye una postura intelectual, filosófica y práctica, ante el capitalismo y el imperialismo contemporáneos.

Ser de izquierda significa tener una visión crítica del mundo y la sociedad, pero además, mantener una búsqueda constante sobre formas de convivencia social más fraternales, solidarias y equitativas.

Sin embargo, el término “izquierda” en Costa Rica ha sido históricamente estigmatizado. Además, es una adhesión que se asocia con el marxismo, o con la copia de experiencias revolucionarias concretas como fue el caso del mundo socialista encabezado por la URSS o, en la América Latina de nuestros días, con procesos revolucionarios como el de Cuba o Venezuela.

No obstante, la conciencia de los pueblos no constituye un elemento inerte o estático. Y en este sentido, estamos obligados a plantearnos el problema a partir de las realidades concretas de nuestro pequeño país.

En Costa Rica, tenemos el ejemplo reciente y aplastante de la lucha contra el TLC. Mientras el movimiento patriótico crecía, se formaban expresiones novedosas dentro de él, como fue el caso de los Comités Patrióticos. Miles se adherían a la lucha, pero a nadie se le preguntaba cuál era su partido de origen, o qué filosofía o ideología sostenía sus convicciones.

Su programa fue construido por oposición al proyecto anexionista que representa el TLC y encarna arraigadas aspiraciones. Veamos: 1- Defensa de la Patria, de sus riquezas naturales y sus productores locales. 2- Defensa de las conquistas democráticas. 3- Derecho a continuar y profundizar el proyecto Revolucionario-Democrático de Calderón, Mora, Sanabria y Figueres. 4- Construcción de un país solidario, con igualdad de oportunidades y una justa distribución de la riqueza. 5- Ejercicio pleno de la soberanía y la independencia nacionales.

Este programa constituye el núcleo del pensamiento patriótico costarricense de hoy y les pertenece por igual a todas las corrientes históricas que han sido portadoras del pensamiento social y progresista nacional.

Hoy sabemos que ninguna transformación social es posible, sin la unidad multifacética y pluralista de los hombres y las mujeres que apoyen un programa nacional, que emerja de realidades profundas y sentidas.

No a los guetos. ¿Por qué tendríamos ahora, cuando es más urgente y necesaria que nunca la unidad de todos los patriotas, que aislarnos y separarnos en pequeños guetos y en torno a denominaciones o etiquetas políticas que no le agregan absolutamente nada a las grandes tareas históricas que todos los patriotas juntos debemos emprender?

¿Por qué ha de ser más “necesaria” la izquierda que otros grupos adheridos al pensamiento social de la Iglesia, o a un credo socialdemócrata o a quienes simplemente han decidido hacer suyas las tareas incluidas en ese Programa Nacional e impedir que nuestra Patria pase a manos de las grandes corporaciones internacionales?

¿Habrán sido “izquierdistas necesarios” Calderón Guardia y monseñor Sanabria por haber tenido la lucidez de impulsar las Garantías Sociales, el Código de Trabajo y el Seguro Social y para aceptar una sólida alianza con el Partido dirigido por don Manuel Mora Valverde, un hombre de izquierda, no solo necesario sino imprescindible?

¿Será un “izquierdista necesario” Juan Pablo II, por haber sintetizado la globalización neoliberal como el imperio del “capitalismo salvaje”?

¿Habrá sido un “izquierdista necesario” don Rodrigo Carazo, humanista y cristiano militante, al que alguien llamó abusivamente “uno de los nuestros”, por haber consagrado todo su prestigio de Expresidente y toda su madurez intelectual y cívica, a la lucha contra los que intentan despojarnos de la Patria?

Tomado del periódico La Nación de Costa Rica.

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