En Vela
El jefe de la fracción legislativa del Partido Liberación Nacional (PLN), Jorge Méndez, publicó, anteayer, en este periódico una defensa devota sobre la elección de Ofelia Taitelbaum como Defensora de los Habitantes. Se intitula “El pecado de doña Ofelia”. Por referirse a este mortal, respondo.
Me podría eximir de esta respuesta el reciente artículo de Enrique Obregón en La Nación , un liberacionista de oro macizo, intelectual y moralmente, contra el nombramiento de la diputada Ofelia. Esa es la voz auténtica del PLN, como lo fue la posición gallarda de Laura Chinchilla, su candidata. Figuran también en esta lista decenas de profesionales y numerosos costarricenses de todos los sectores opuestos a la farsa escenificada en la Asamblea Legislativa. Comprendo el apuro del jefe de fracción al explicar ahora lo inexplicable. Entre la devoción al presidente Arias y la amistad, por un lado, y la conciencia de un procedimiento espurio, por el otro, se quedó con el primero. Esto explica las falacias de su respuesta.
“El pecado” de doña Ofelia no fue, como dice, “no haber sido la candidata escogida por La Nación , cuyo favorito no convenció a ninguno de los grupos parlamentarios”. Luego, agrega que “el pecado de doña Ofelia fue haber sido respaldada por el presidente Arias”. ¡Qué jerigonza! La Nación no tuvo “favorito”, pero sí argumentos para cuestionar un procedimiento amañado, donde uno de los intelectuales de mayor fuste en Costa Rica recibió un 0 en la entrevista y fue despojado de otras credenciales. El jefe de fracción, sin embargo, nunca dio la cara. Ahora, concluido el sainete, aparece en escena, precisamente después que doña Ofelia, al censurar al Tribunal de Casación, por su reciente sentencia, lo deja a él y a “la mayoría” como gaticos escaldados. Nuestra Defensora, quien, según el jefe de fracción, “tiene la representación (sic) del pueblo de Costa Rica”, no sabe cómo funciona el Poder Judicial.
Si se hubiera procedido de otra forma, agrega, “solo para congraciarnos con algún influyente columnista, sí resultaría corrupto y cínico”. Es decir, no es corrupción ni cinismo llevar a cabo una farsa en un nombramiento, pero sí lo sería la afirmación descabellada de favorecer a un columnista. Otras perlas: “ La Nación le declara la guerra santa (sic) a todo aquel que desacate sus indicaciones”, “el PLN actúa en bloque porque para eso precisamente (sic) fue creado” y “cualquier medio de comunicación debe recordar siempre…que no es un oráculo ni un juez universal”. De película. Quedamos notificados. Gracias por la lección. Feliz Navidad, una Defensoría renovada y sin pecados, y un año nuevo un poco más despejado.Tomado del periódico La Nación de Costa Rica.
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