En Vela
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Julio Rodríguez envela@nacion.co.cr 08:08 p.m. 17/06/2010
El Estado no ha puesto fin al suculento chantaje de los dueños del negocio del porteo (porteadores) por no reparar en su causa. Así de simple.
En el editorial de La Nación de ayer está la solución. Esta consiste en saber multiplicar o, mejor, en querer multiplicar. En Costa Rica hay 11.000 porteadores. Cada porteador le paga al dueño del negocio unos 30.000 colones por mes. Si las reglas de la multiplicación no han variado, por el cambio climático o por la derrota de España, esto da 330 millones de colones al mes. ¿Cuánto al año? Les dejamos la tarea al MOPT y a los diputados.
¿Cómo funciona el negocio? Un prodigio imaginativo. Una persona alquiló un cuarto, a modo de oficina, adquirió una frecuencia del Estado por una suma insignificante, como cualquier patente (otro misterio nacional), y vendió su servicio a los llamados, primero, taxistas informales, luego piratas y, ahora, porteadores. El servicio de la oficina consiste en llamar a los porteadores y avisarles, en cada comunidad, que el pez picó, esto es, que hay un cliente a la vista.
Entendemos que los dueños del negocio son pocos y quienes negocian o dan declaraciones en la prensa son otros. Sea lo que sea, el negocio es maravilloso: la teta más descomunal y productiva con ínfima inversión. Esta es la razón, por supuesto, por la que, durante años, Gobierno tras Gobierno, rechazan toda fórmula de arreglo o de legalidad. Ahora, Gobierno y diputados les proponen –¡santo cielo!– 18 meses (nada menos) para convertirse en taxistas formales. ¿Por qué no crear cooperativas y democratizar el negocio, previas reformas legales?
Si la multiplicación propuesta está al alcance de un niño, la siguiente conclusión no requiere frotarse mucho el magín. Cualquier negociación debe estar precedida –cartas sobre la mesa o transparencia, que llaman– del conocimiento de los dueños del negocio, del monto real de lo ganado por estos y de sus aportes a la CCSS y otras, así como sobre el pago de la renta. Aún más, me imagino que tanto la CCSS como la Tributación Directa han pedido cuentas estrictas y deben tener ya datos concretos.
A la luz de estas consideraciones, se comprende el alcance, anteayer, de las amenazas de los representantes de este negocio. Nunca habíamos leído o escuchado un desafío igual en nuestro país contra la institucionalidad y contra los derechos de la gente. ¿Por qué proceden así? Porque saben que el bloqueo y la huelga son los más eficaces métodos de presión en Costa Rica y porque estas gigantescas ganancias merecen hasta la entrega de la vida'
Tomada del periódico la Nación de Costa Rica.
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