Los chiflidos desempataron a Chinchilla y a Arias
Mandataria y expresidente se ven las caras por primera vez desde traspaso
Abucheos de un sector del público minaron buenas señales de políticos
Álvaro Murillo alvaromurillo@nacion.com 11:43 a.m. 26/03/2011
El público presente anoche en la inauguración del nuevo Estadio Nacional realizó un espontáneo concurso de simpatías entre la presidenta Laura Chinchilla y su antecesor Óscar Arias, quienes coincidieron tras 322 días de no encontrarse de manera pública, aunque ella diga no recordarlo.
A ella, aplausos y vítores. A él, en cambio, le llegaron chiflidos. Así, como se miden las simpatías en un recinto propio del futbol, los aficionados recibieron a la mandataria y al expresidente en una noche propicia para lanzarse señales de cordialidad y atemperar la relación que se tornó distante casi desde que se vieron por última vez, el 8 de mayo del 2010, en el traspaso de poderes.
A la Presidenta solo le abuchearon un pasaje de su discurso, el que dedicó con generosidad a agradecer a Arias la decisión de gestionar con China la donación del nuevo recinto de La Sabana.
“Don Óscar, Costa Rica jamás olvidará su timón visionario, cuyo símbolo viviente será hoy y siempre este coloso, este bellísimo estadio que hoy inauguramos”, decía Laura Chinchilla cuando parte del público reprobó la cortesía y ejecutó la quinta rechifla de la noche.
Pero el primer signo de desaprobación se oyó poco antes, cuando el animador presentó al expresidente Arias. El segundo, cuando comenzó su discurso, el tercero cuando mencionó su papel pacificador en las guerras de los 80, y el cuarto cuando llevaba más de diez minutos en el micrófono.
Al acabar el discurso también hubo silbidos, pero los aplausos de rigor lograron ahogarlos.
Es cierto que los silbidos fueron menos sonoros que los dedicados después a algunos jugadores de la Sele, pero en su momento lograron desconcentrar a Arias, que en dos momentos debió repetir la frase como para sobreponerse.
Ya después vinieron las exuberancias artísticas chinas y, desde luego, el futbol. Atrás quedaba el gesto político de Chinchilla y Arias juntos gracias a la rimbombancia del nuevo Estadio donado por China, el socio político que el expresidente consiguió en el 2007.
El intento de cordialidad fue tal que Chinchilla, consultada después por la prensa, dijo no haber identificado con claridad los abucheos para Arias. “No puedo identificar qué son gritos de emoción y las otras cosas”, respondió después de asegurar que pasó “muy bien” con Arias al lado.
El ministro de Comunicación, Roberto Gallardo, dijo estar seguro de que volverán a coincidir, aunque desconoce en qué momento. “Esa amistad que está de fondo no puede ser enterrada por muchas cosas que suceden en la política”
Tomado del periódico la Nación de Costa Rica.
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