Planes para más impuestos enfrentan a candidatos
Chinchilla prefiere esperar a que pase la crisis y Guevara opta por ‘gran zona franca’
Solís está decidido por nuevos tributos; Fishman prefiere antes ‘cobrar mejor’
La posibilidad de aumentar impuestos o crear nuevos se convirtió en esta campaña electoral en uno de los mayores puntos de discordancia entre los principales candidatos presidenciales.
Aunque los aspirantes inscritos para los comicios de este año coinciden en la necesidad de aumentar la inversión pública en infraestructura y seguridad, las divergencias surgen en torno a las fuentes de financiamiento.
El aspirante Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC), promete impulsar al menos cuatro impuestos adicionales, a actividades como casinos y productos como cigarrillos, licores y “artículos de lujo”, además de gravar los ingresos provenientes de actividades en otros países.
La oficialista Laura Chinchilla prefiere evitar propuestas semejantes mientras el país siga bajo los nublados de la crisis económica internacional.
Por ahora, Chinchilla solo menciona su intención de tramitar en el Congreso la creación de un impuesto sobre casinos y casas de apuestas, con la intención de financiar así el aumento de 50% del dinero para seguridad.
El libertario Otto Guevara, fiel a la posición que ha sostenido en los últimos años contra los nuevos tributos, más bien señala la intención de reducir los impuestos actuales y convertir a Costa Rica en “una gran zona franca”.
“Debemos convertirnos en una gran zona franca para atraer inversión. Bajando los impuestos de renta, quitando exoneraciones y eliminando portillos habrá un incremento de ingresos tributarios en el país”, respondió el candidato libertario, el mayor enemigo del plan fiscal que intentó promover el gobierno de Abel Pacheco entre el 2002 y 2006.
El aspirante del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Luis Fishman, dijo no estar en contra de nuevos impuestos, pero primero intentaría perfeccionar los métodos contra la evasión fiscal.
“Quiero estar convencido de que todos están pagando y de que no haya contrabando”, contestó, tras señalar la necesidad de considerar también las dificultades que la crisis generó sobre el sector productivo y sobre los ciudadanos.
No y no. Guevara es entonces el único opuesto a los nuevos impuestos, pero Solís es también el único decidido a cabildearlos ante la Asamblea Legislativa desde el comienzo de un eventual gobierno suyo.
Él pretende lograr que, para el 2014, la carga impositiva en el país equivalga al 16% del producto interno bruto (PIB), dos puntos porcentuales por encima de la actual. “Aún así es poco si queremos lograr un mayor desarrollo, pero es lo posible para cuatro años”, dijo.
En el PLN evitan comprometerse con nuevos impuestos en la campaña, pero al mismo tiempo aseguran que pretenden mantener a raya el endeudamiento, tratando de no superar la barrera del 45% sobre el PIB, como explicó Luis Liberman, candidato a la Vicepresidencia, durante un acto proselitista.
El movimiento de Chinchilla parece continuar en la línea del actual gobierno, que en un principio veía con agrado el aumento de la carga impositiva, pero desistió de la lucha por ese incremento, con el argumento de dificultades políticas en el Congreso y después los apuros económicos por la crisis.
“No hemos hecho lo suficiente”, dijo Arias en agosto del 2008. Solo se aprobó un impuesto sobre casas de más de ¢100 millones.
“Yo creo que el aumento de los impuestos es ineludible. Hay que hacerlo”, dijo hace dos semanas a la Reuters el ministro de Planificación, Roberto Gallardo.Tomado del periódico La Nación de Costa Rica.
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