Letras de cambio
Luis Mesalles economista lmesalles@academiaca.or.cr 10:29 a.m. 15/07/2011
La economía de Estados Unidos está metida en un zapato. El déficit fiscal es altísimo, lo que complica la situación de su deuda pública. Si no se ponen de acuerdo demócratas y republicanos antes del próximo 2 de agosto, el Gobierno entrará en mora. Esto sería un golpe muy duro para la economía más grande del mundo, y la que se ha jactado por mucho tiempo de tener la deuda más segura. Ningún camino que se tome se ve fácil.
Lo que le sucede a Estados Unidos se parece, guardando las proporciones, a lo de Grecia. Los dos vienen de un exceso de gasto, que en este caso se refleja en un elevadísimo endeudamiento privado. La burbuja que surge eventualmente revienta, llevando a la economía a una grave crisis. Aquí es donde entra el Gobierno y dispara el gasto público. Tampoco ayuda la economía de guerra de la administración Bush, que gastó, y sigue gastando, enormes cantidades de dinero. Si a esto le sumamos la política de devolución de impuestos, con el fin de ayudar a que la gente siga gastando al mismo ritmo que antes de la crisis, el resultado es un déficit fiscal enorme, cuya única manera de financiar es con más deuda.
Pero la deuda tiene límites. Uno determinado por ley y otro por el mercado. El legal es una cuestión de que se pongan de acuerdo entre los partidos políticos. Unos, los republicanos, insisten en que el ajuste tiene que ser por la vía del gasto. Tiene mucho sentido, ya que el problema viene dado por el exceso de gasto que hay en la economía. Pero tiene el problema de que la reducción requerida es tan grande que agravaría aun más el problema de desempleo en el corto plazo. Los demócratas, por su lado, quieren balancear las cuentas bajando menos el gasto, pero aumentando los impuestos. El impacto sobre la economía en el corto plazo sería casi igual, ya que un aumento de impuestos le quitaría dinero a la gente, dificultando también la recuperación de la economía.
No hacer nada es la peor de las opciones. El presidente de la FED, Bernanke, ya dijo que no llegar a un acuerdo para aumentar el límite de la deuda sería catastrófico para la economía. En ese caso, la FED podría llegar a intervenir de nuevo, inyectando más dinero: QE3. Todavía no, pero Bernanke no lo descarta. Eso llevaría a más inflación que, unido a un alto nivel de deuda, provocaría un castigo de parte del mercado. Que el capital salga huyendo de Estados Unidos haría que se pierda una de las fuentes de financiamiento que ha ayudado a sostener la economía estadounidense. El aumento de tasas de interés iría en contra de la recuperación de la producción y del empleo, mientras que la mayor devaluación del dólar sería un golpe psicológico fuerte. Por todo lado que se vea, Obama está metido en un zapato, y bien tallado.
Tomada del periódico la Nación de Costa Rica.
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