DESPLOME DE EXPORTACIONES SIN INTEL ERA SUSTO
El resultado de las exportaciones al primer semestre del año dejan claro que aunque las exportaciones de alta tecnología son importantes para el país, ya no son vitales para sostenerlas.
La ministra de Comercio Exterior, Anabel González, dejó claro que el resto de los sectores están creciendo a buen ritmo y por ese motivo no se modificará la meta exportadora para este año.
De hecho, las cifras señalan que las exportaciones presentaron un crecimiento acumulado de un 7,7% al primer semestre del año, lo que corresponde a $5.188 millones.
Excluyendo los componentes electrónicos, las exportaciones de zona franca sumaron $1.673 millones, lo que generó un incremento del 17,5% con respecto al mismo período del año anterior. Esta es la mayor prueba de que se puede avanzar con base en el aporte de otros sectores.
La diversificación en cuanto a la atracción de inversiones al país tienen un peso fuerte en este sentido, dado que ya no se ponen todos los huevos en una sola canasta. La piña, el banano, la industria alimentaria y la fabricación de dispositivos médicos son prueba de ello.
Para nadie es un secreto que Intel trasladó una parte de su producción fuera del país, lo que sí impactó en las ventas al exterior, pero no de forma fulminante como pudo ocurrir varios años atrás.
Dentro de esta fórmula de diversificación no puede dejarse de lado la venta de servicios, que es actualmente uno de los principales motores de la producción nacional, a raíz de la llegada de empresas que decidieron poner en Costa Rica su base de operaciones para el resto del mundo.
Todo esto forma parte de la apertura de mercados, que a pesar de las críticas de algunos sectores, al parecer ha sido la clave de que cuando hay virajes en el plano comercial, no haya un desplome económico.
Precisamente, las autoridades comerciales buscan enfocarse en el ingreso a nuevos mercados para no tener que depender de un solo comprador, lo que a su vez exigirá al país mejorar su oferta exportable.
Si algo quedó claro con el paso de la crisis económica mundial fue que en la variedad está el gusto. Los sectores deben tener una mayor apertura mental y esforzarse más por llevar al mundo nuevos productos que digan hecho en Costa Rica sin que esto signifique acabar con actividades tan esenciales como la agricultura.
Por el contrario, lo que se puede dar es un cambio de rumbo. Un ejemplo de ello es la alta demanda que existe al nivel internacional de la agricultura orgánica y el nombre de nuestro país como un proveedor confiable.
Tomado del periódico la Nación de Costa Rica.
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