LUCHADOR HASTA LA MUERTE.

LUCHADOR HASTA LA MUERTE.
VIVA LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA DE LA CLASE TRABAJADORA

EL PUEBLO TIENE DERECHO A COMER


  • LÍDER, ACTIVISTA, ABOGADO, NOTARIO PÚBLICO, EMPRESARIO EXITOSO.
  • SALARIO MÍNIMO JUSTO DE ¢350,000 MENSUALES.
  • LUCHA CONTRA EL RÉGIMEN CORRUPTO DICTATORIAL DE LOS ARIAS.
  • PROGRESO CON BENFICIO SOCIAL.
  • DEFIENDE CLASE TRABAJADORA, MICRO, PEQUEÑO Y MEDIANOS EMPRESARIOS HONESTOS.
  • CONOCEDOR Y VISIONARIO DE LOS PROBLEMAS DE COSTA RICA.
  • UN PATRIOTA NO SE VENDE NI SE COMPRA.
  • POLITICOS CORRUPTOS DEBEN ESTAR EN LA CÁRCEL, CORRUPCIÓN CANCER DE COSTA RICA.

“La democracia no es algo abstracto, no es que el rico le diga que vive en democracia, no es ir a elecciones cada 4 años. La democracia no es una forma política; es una forma de vida; es acceso al trabajo, estudio, salud, recreación, tranquilidad, es decir; repartir la riqueza a la mayoría, vivir dignamente solo se logra cuando la clase trabajdora tome el poder; hoy la "democracia" capitalista es para los ricos, los demás son simples esclavos modernos”

¡¡¡ BASTA, BASTA, BASTA DE CORRUPCIÓN, CORRUPCIÓN!!!


DESPIERTA PUEBLO, SOLO LA LUCHA ORGANIZA Y BIEN DIRIGIDA NOS HARÁ LIBRES, UNIDOS SEREMOS FUERTES Y VENCEREMOS. VIVA COSTA RICA LIBRE. NO A LOS CORRUPTOS, LADRONES, VENDEPATRIA, NO A LOS POLITICOS TRADICIONALES CORRUPTOS, NO A LA VIEJA POLITICA. NO MINERÍA, NO EXPLOTACIÓN PETROLERA.

viernes, 28 de mayo de 2010

COINCIDO CASI PLENAMENTE CON EL DR. ALVARO MONTERO MEJÍA, CHINCHILLA TIENE EL PODER POLITICO, NO EL ECONOMICO, SISTEMA CAPITALISTA MANDA EL ECONOMICO.

EL CAMINO CORRECTO

Álvaro Montero Mejía *

El pasado domingo 8 mayo asumió el mando del Poder Ejecutivo, en su calidad de Presidenta de la República, la señora Laura Chinchilla. Entre ella y su antecesor, Óscar Arias, existen distancias y diferencias enormes. No los separa únicamente el hecho de que doña Laura sea la primera mujer mandataria. Óscar Arias asciende al poder en virtud de una interpretación antojadiza, abusiva y fraudulenta de la Sala IV, que cambia el artículo de la Constitución Política, que expresamente prohibía la reelección presidencial. Inmediatamente después Óscar Arias aparece, con una minúscula diferencia, como el ganador de las elecciones, a pesar de las graves e inexplicables irregularidades que a duras penas subsanó un tribunal electoral complaciente y permisivo.

Doña Laura, en cambio, cumple los requisitos de su postulación y gana sobradamente y con una cantidad de votos que Arias no habría soñado en la justa electoral de febrero pasado. Es ella quien triunfa en el evento y del resultado a los Arias les debe poco. Es cierto que ella cabalga sobre un sistema electoral donde dineros de oscura procedencia, gigantescos intereses y un uso mediático descomunal deciden en gran medida. Pero cambiar estos métodos, es parte de nuestro combate democrático.

Óscar Arias se va del gobierno después de provocar las más profundas heridas y divisiones sociales que recuerda la historia moderna de nuestro país. Se va después de realizar un acto de monumental demolición de toda la obra social construida por el pueblo y por los grandes reformadores del siglo XX: Monseñor Sanabria, el Dr. Calderón Guardia, Manuel Mora Valverde y José Figueres Ferrer. Arias la sepulta, la borra de la historia viva, arrebatándole su contenido vital.

Ya habrá tiempo, en las próximas semanas y meses de profundizar sobre el carácter del nuevo gobierno y examinar las consecuencias de un eventual continuismo y la consolidación en el Poder Ejecutivo, de un bloque de extrema derecha que será el encargado, aparentemente, de ponerle el sello final del “ejecútese”, al Estado neoliberal y entreguista heredado de Óscar Arias.

Pero como hemos dicho, Laura Chinchilla no es Óscar Arias y probablemente, hará un importante esfuerzo por tomar distancia de su antecesor en algunos aspectos fundamentales de la conducción del Estado. Nos parece un error partir del criterio de que su gobierno es pura y simplemente “un arismo bis” y que la Presidenta carece por completo de la autoestima, la capacidad y la dignidad personal que la conduzcan a ejercer un gobierno atento al clamor de sus conciudadanos y a las más urgentes necesidades del pueblo costarricense.

Escuchar con atención la pluralidad de los criterios ciudadanos e incluso expresar la voluntad de atender a los sectores que carecen de medios institucionales o de grupos de poder para hacerse oír, tal como lo afirmara doña Laura en su discurso de toma de posesión, al menos como planteamiento, constituye un giro radical en relación con un gobierno caracterizado por la prepotencia y el narcisismo, inescrupuloso y arrogante, incapaz de aceptar cualquier forma de disenso y oposición inteligente.

Debemos ser conscientes de que doña Laura hereda un país con una deuda económica escandalosa, enfrentada a la tarea primordial de llevar adelante una reforma tributaria que obligue a los ricos a pagar impuestos, que frene la catastrófica e infame brecha creciente entre ricos y pobres, que le dé un respiro a la clase media a punto de desaparecer, que se atreva a frenar definitivamente el malévolo proyecto de Crucitas, que recupere el Estado de servicio público de ese José Figueres cuya obra dice admirar y defender, que restañe las enormes heridas infligidas al tejido social por Óscar Arias y en fin, que el giro de sus intenciones no se quede únicamente en la retórica o en las palabras de un discurso, sino que se atreva a recuperar los grandes valores del pensamiento social costarricense.

Es muy temprano todavía para lanzar condenas y admoniciones inapelables. Ni debemos hacer concesiones gratuitas ni debemos hacernos falsas ilusiones. Pero las fuerzas patrióticas y progresistas de Costa Rica no debemos dejarnos llevar por la frustración, la desesperación o por un justificado sentido de impotencia y enojo, heredados del arismo y que nos conduzcan a extremar los juicios y las posiciones, sin una reflexión de fondo que las anteceda. El puro radicalismo verbal o el activismo desenfrenado, son respuestas explicables pero incompletas.

El pueblo debe retomar su capacidad de movilización, articular sus demandas y hacerle frente a un proyecto de apropiación integral del país, que va mucho más allá de un proceso electoral y sus resultados. Su presencia ordenada, pacífica, pero firme en las calles y otros foros, debe ser la muestra de que no estamos dormidos. La historia demuestra que los gobiernos difícilmente conceden algo, o respetan algo, si los pueblos no lo exigen. Y tenemos que ver como un signo positivo, el llamado que la Presidenta hace, insistentemente, al diálogo con todas las fuerzas vivas. Es una puerta abierta y todos estamos obligados a contribuir para que se mantenga así ¡Que la cierren otros; no el pueblo!
Las fuerzas enemigas de Costa Rica son enormes y poderosas. Su cuota de decisión y mando en el actual gobierno, es también considerable. A estas fuerzas les importa un bledo el gobierno de la sra. Chinchilla, al que solo ven como un interregno mientras reasumen el poder absoluto. La imprudente urgencia del hermano menor por asumir tempranamente el relevo y colocarse como una figura política de primer orden, es la mejor muestra de un profundo menosprecio personal por la sra. Presidenta, a quien con esos actos le dicen: “No olvide que Usted está allí para guardarnos la silla y cumplir a cabalidad con una agenda y un guión preparados de antemano”.

Tenemos, por nuestra parte, dentro del movimiento patriótico y progresista, obligaciones ineludibles que no dependen de lo que haga o deje de hacer la Presidenta, aunque sus actos puedan influir nuestras decisiones. Tenemos deberes, obligaciones y cuentas pendientes con los reiterados fracasos en la construcción de la unidad de todas nuestras fuerzas, que aún no hemos terminado de dilucidar.

Nosotros insistimos ahora, por enésima vez, en la celebración de una discusión de fondo, honrada y sin prejuicios y en la realización de acuerdos de principios entre todos aquellos genuinamente interesados en vencer la maquinaria anexionista y desintegradora de los valores y los haberes nacionales. No será una tarea fácil derrotar políticamente a los banqueros, las corporaciones imperiales, los capitales mafiosos, los grupos de financieros e inversionistas centroamericanos, que vienen desde atrás con una historia de sangre. No será fácil.

Hoy más que nunca debemos sumar fuerzas, acercarnos, discutir, dialogar, reflexionar. Que cada quien exprese lo suyo, pero que a la vez escuche lo que piensan los demás, y claro, que seamos capaces de tomar las decisiones que la patria exige.

Creemos que este es el camino correcto

Tomado del periódico Diario Extra de Costa Rica.

1 comentario:

Unknown dijo...

Los sancarleños que nos conocen, los que han trabajado con nosotros y nos han acogido en su comunidad, saben que nuestro compromiso ambiental y social se expresa en obras, y no en discursos. http://tinyurl.com/268r8yk