© 2010 AFP
El presidente brasileño, Luiz Ignacio Lula da Silva, llegó a Teherán para iniciar el domingo una visita de suma importancia, que las potencias occidentales presentan como la "última oportunidad" de Irán para evitar nuevas sanciones de la ONU por su política nuclear.
Lula da Silva llegó la noche de este sábado encabezando una delegación de 300 miembros para una visita de dos días y fue recibido en el aeropuerto de Teherán por el jefe de la diplomacia iraní Manuchehr Mottaki.
Se entrevistará el domingo por la mañana con el presidente Mahmud Ahmadinejad y con el guía supremo ayatola Ali Jamenei.
Tanto Washington como Moscú han manifestado su falta de optimismo respecto a las posibilidades de éxito de esta mediación.
El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, que se había asociado a la iniciativa, parecía el sábado haber renunciado a viajar a Teherán, debido a la falta de compromiso iraní sobre una propuesta de solución.
Brasil y Turquía, miembros del Consejo de Seguridad no permanentes y opuestos a las sanciones, se han propuesto convencer a Teherán de hacer propuestas concretas para salir de la crisis.
El enriquecimiento de uranio por parte de Irán está en el centro del conflicto con la comunidad internacional, que teme que Teherán, pese a los desmentidos, esté tratando de dotarse con la bomba atómica.
Para crear "un clima de confianza", las grandes potencias han propuesto a Teherán entregar el 70% de su uranio débilmente enriquecido para transformarlo en combustible altamente enriquecido que Irán necesita para su reactor de investigación científica.
Irán, que también evoca problemas de confianza, rechazó esta propuesta y ofreció a cambio un intercambio simultáneo de combustible en pequeñas cantidades en el territorio iraní.
Frente al rechazo de las grandes potencias, Irán lanzó en febrero la producción de uranio enriquecido al 20%, lo cual aceleró la movilización occidental para hacer adoptar nuevas sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
Irán afirmó el sábado que hubo un acuerdo sobre la cantidad y el momento de un intercambio de uranio ligeramente enriquecido por combustible nuclear a 20%, y se mostró dispuesto a discutir sobre el lugar donde se realizaría la transacción, pero con garantías concretas, según la televisión.
Aseguró también que recibirá el combustible necesario para su reactor de investigación de Teherán, pero no precisó con que país se llegó a ese acuerdo.
La declaración fue difundida horas antes de la llegada a Teherán del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva.
Irán, aunque afirma estar abierto a las negociaciones, no ha dado pistas sobre sus intenciones en las últimas semanas.
El ministro de Relaciones Exteriores, Manuchehr Mottaki, citado el sábado por la prensa, no dio ninguna señal de inflexión de la postura iraní: "Esperamos que las partes (comprometidas en las conversaciones con Irán) se plegarán a las realidades y escogerán el camino justo", declaró.
El viernes, tras reunirse en Moscú con su homólogo ruso Dimitri Medvedev, el presidente Lula se declaró "optimista" respecto a las posibilidades de lograr un gesto de Teherán.
El mandatario ruso indicó que estimaba en 30% las posibilidades de éxito de esas conversaciones, que considera la "última oportunidad" antes de que se decidan sanciones.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, estimó el viernes que el mandatario brasileño tenía que "trepar una montaña". "Creo que no tendremos ninguna respuesta seria de parte de los iraníes antes de que el Consejo de Seguridad actúe", añadió.
Tomado del periódico Al Día de Costa Rica.
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