EDITORIAL
La caída de un bus de servicio público, con todo y puente, en el cauce del río Tárcoles, en la ruta entre Orotina y Turrubares, es un retrato extraordinario de la irresponsabilidad con que se manejan los asuntos públicos en este país.
En varias oportunidades, LA PRENSA LIBRE ha advertido del riesgo que conlleva la actitud de las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), que se limitan a eliminar los carriles cuando ocurre algún deslizamiento, independientemente de la importancia de la vía en cuestión.
Ya lo hemos visto sistemáticamente en rutas como la Braulio Carrillo, la Bernardo Soto y la Interamericana. Y hemos visto, también, como un carril en el puente sobre el río Barranca -ruta a Puntarenas- estuvo cerrado más de dos años, por un enorme hueco que nadie fue capaz de reparar. Lo mismo pasó en otro puente sobre la misma Interamericana, en la zona de Limonal, en Abangares.
Ha sido una constante no solucionar los problemas de esta naturaleza. Pero por más que se insistiera en el tema, era imposible pensar en los absurdos que se han podido escuchar después del incidente de El Llano.
Cuando la ministra de Obras Públicas y Transportes, Karla González, sale a reconocer ante los periodistas -aunque sea porque una funcionaria de nivel inferior metió los escarpines- que el puente sustituto del que cedió se había comprado desde 2002, no hay espacios para defender nada. Allí se evidencia de manera inigualable la inoperancia y la irresponsabilidad con que manejaron el asunto las autoridades del MOPT.
Desde hace dos años, el puente había sido incluido en una lista de urgencias por los especialistas. Pero, ni aún así. Fue como con las filas en la Caja Costarricense de Seguro Social, que terminan siendo la justificación perfecta para otorgar citas solicitadas con carácter de urgencia para dos y tres años después, como si las enfermedades no evolucionaran.
Y, cuando la ministra González sale a tratar de girarle la responsabilidad a la empresa de buses porque la unidad no estaba en regla, deja claro que se busca lavarse las manos. No puede interpretarse de otra manera, porque es al MOPT al que le corresponde verificar las unidades ofrecidas por las empresas para prestar servicio público.
En tercer lugar, cuando la ministra González comienza a decir que el chofer no debió entrar al puente porque hay un rótulo que establece una prohibición de paso para vehículos con un peso superior a 4,5 toneladas, de nuevo se resbala sobre su propia cáscara de banano. Las rutas de buses son definidas por el Consejo de Transporte Público (CTP), que ella debe presidir. Y ese Consejo acaba de renovar, este mismo mes, el permiso de la ruta, sin tomar en cuenta que no podía aceptar buses, sino solo vehículos más pequeños, ante el problema del puente.
La lista de malas actuaciones se puede seguir extendiendo, porque elementos sobran. Pero, es necesario detenerse en un punto: ese especial ánimo de la ministra González por justificar lo injustificable.
Para desgracia, no es solo una actitud suya, pues también la emuló el presidente de la República, Óscar Arias, quien con un rotundo “sí”, dejó claro que la funcionaria permanecerá en el cargo.
En otros países, ante situaciones de esta magnitud, los jerarcas de las instituciones no han tenido reparo en renunciar. Es lo menos que se puede hacer cuando no se ha sabido manejar una institución tomando las decisiones de manera oportuna, en resguardo de la salud y la seguridad de la población.
Claro, Costa Rica tiene su propia historia en esta materia. Así que no ha de causar sorpresa la forma en que ahora reaccionan las autoridades del Gobierno ante una tragedia que ha enlutado a varias familias de este país.
Es de esperarse que cuando se apunte hacia el conductor del bus, en relación con estos hechos, no se aplique aquello de que el hilo se rompe por lo más delgado. Es obvio que quien no hace su trabajo como debe y cuando debe, ha de hacerse responsable por las consecuencias de esa inacción. Y este caso es propicio para comenzar a sentar precedentes.Tomado del periódico La Prensa Libare de Costa Rica.
Conozco bien toda esa zona, si existiera una transaccional o un político tradicional hace mucho tiempo hubieran construido un puente con la mejor tecnología; pero como la mayoría son personas humildes no interesa que se maten en ese puente y en otros que hay en el país, que están claramente identifica dos que representan un peligro para la sociedad, como son pobres los que se mataron y heridos no pasará nada en este gobierno, es evidennte la responsabilidad directa de la señora Ministra de Transporte Karla Gonzalez y el presidente la proteje como ha hecho con todos los funcionarios que se han señalado de negligentes y corruptos en este gobierno.
Lic. Félix Domínguez
11:51 24/10/09
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